El Papa Francisco recibió a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y a su nieto recientemente recuperado, Ignacio Hurban, también conocido como Guido Montoya Carlotto (por los nombres de sus padres biológicos, desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar), en el Vaticano.
El encuentro duró alrededor media hora y tuvo lugar en la residencia de Santa Marta. También participaron tres hijos de Carlotto: el diputado Remo, Claudia y Guido.
Carlotto le donó al sacerdote un pañuelo de las Abuelas enmarcado en un cuadro, un CD de la música compuesta por su nieto y una escultura que representa los valores de la Verdad, Justicia y la Memoria, informó la embajada argentina ante Italia en un comunicado. También le entregó cartas de vecinos de Olavarría, ciudad donde vive Ignacio.
Antes del encuentro, la militante por los derechos humanos negó las versiones de supuesta complicidad del Papa Francisco con la última dictadura. "Lo que se decía de él en Argentina se desvirtúa con el papado", sostuvo Carlotto en diálogo con la agencia AFP, y agregó: "Eso de que fue cómplice de la dictadura lo dicen los que no han estudiado la información. Todo eso está aclarado. Nosotras nos rectificamos".
"El Papa Francisco es un ejemplo hoy, un progresista, un hombre de fe para el siglo XXI y de una iglesia del pueblo", completó Estela, que ya había visitado a Jorge Mario Bergoglio poco tiempo después de su asunción, en abril de 2013. Un mes antes, en cambio, proclamaba que el sacerdote "pertenece a la Iglesia; hoy representa a esa Iglesia que oscureció la historia en nuestro país".