En una jugada que puede de-satar una crisis en la relación entre el Gobierno y la Corte Suprema, la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, decidió jugar todas sus cartas para acorralar al presidente del Máximo Tribunal, Ricardo Lorenzetti, contra quien ya prepara un pedido de juicio político.
“Es una opinión a título personal. No refleja ni al Gobierno ni a Cambiemos”, se apuró a aclarar ayer el jefe de Gabinete, Marcos Peña, luego de varios días de embestida mediática de Lilita contra Lorenzetti. En la Corte Suprema remarcaron que las declaraciones de Peña “son importantes” y que confían en que la campaña de la diputada contra Lorenzetti, “no es cosa del Gobierno, sino de ella”.
En el mismo sentido se pronunciaron dirigentes de Cambiemos, que se vieron sorprendidos esta semana por la afirmación de Lilita de que Lorenzetti hacía lobby en el Senado para que no se aprobara el pliego de Horacio Rossatti como juez de la Corte. “No sé de dónde sacó eso, no me consta. Es parte de su pelea con Lorenzetti”, explicó a PERFIL una referente de Cambiemos en el Senado. “Lo tiene alquilado, es uno de sus clientes”, definió un radical.
En el bloque peronista también negaron haber sido presionados por Lorenzetti, aunque reconocieron que el trámite de aprobación de los pliegos de los candidatos a la Corte está congelado. “Acá no llamó nadie. El tema de los jueces está trabado desde antes, por cuestiones de negociación política con los gobernadores”, dijo un senador del bloque del Frente para la Victoria-PJ, que sin embargo admitió que conocía que había “una vieja rivalidad” académica entre Lorenzetti y Rossatti, ambos originarios de Santa Fe. “Cosas de pago chico”, resumió. Sin embargo, en la Coalición Cívica aseguran que las presiones “existen”.
La embestida siguió el jueves, en la sesión de Diputados, donde Carrió apuntó contra el juez por las contrataciones del Comité de Inversiones del Consejo de la Magistratura. “Es el agujero negro que maneja el señor Lorenzetti en algunos casos en sociedad con el señor (Carlos) Zannini”, insistió. El magistrado le respondió en un comunicado emitido el jueves, en el que intentó refutar una por una las acusaciones. “Hay que pensar en el país y no como actores mediocres”, dijo. Además le hizo llegar a Lilita las declaraciones juradas de los miembros de la Corte, aunque no logró calmarla.
En el entorno de Carrió aseguran que Lorenzetti está “detrás” de la causa por filtración de datos impositivos para fines políticos en la que Lilita fue imputada por el fiscal Eduardo Taiano. “La quieren comprometer judicialmente para frenarla”, explicó una persona de su confianza. La misma fuente sugirió que, si bien la embestida contra Lorenzetti no está impulsada por el Gobierno, lo cierto es que a Carrió “la dejan hacer”, ya que en la mesa chica del Presidente tiene a uno de sus mejores aliados, Fabián Rodríguez Simón, quien la respalda en la guerra contra Angelici.
En la Corte aseguran que Lorenzetti “no conoce las motivaciones” de Carrió, quien ya había tenido otros cruces fuertes con el juez en 2013, cuando lo acusó de pactar con Cristina Kirchner por la Ley de Medios. “Ser titular de la Corte no significa que tenga impunidad”, retrucó Lilita antes de partir hacia EE.UU. A su regreso, seguirá trabajando en el pedido de juicio político.
La “amenaza” Rossatti
“Típicos celos académicos”, explicó un dirigente radical que conoce a Rossatti y a Lorenzetti de su paso por la Universidad del Litoral. De origen peronista, Rossatti hizo un intervalo en su carrera académica para ser intendente de Santa Fe entre 1995 y 1999, con el aval de Carlos Reutemann. Aunque tuvo coqueteos con el PJ, Lorenzetti nunca saltó a la política.
Rossatti fue ministro de Justicia en tiempos de Néstor Kirchner pero no convivió con Lorenzetti como juez de la Corte, ya que abandonó la cartera en 2005. El magistrado asumió en 2007. “Rossatti puede representar una amenaza para Lorenzetti. Tanto por su solidez académica como por su cintura política”, explica un jurista que frecuenta la Corte Suprema.
“Me une con Rossatti una relación de máxima consideración”, desmintió Lorenzetti