Desde la llegada de la segunda ola, Larreta nunca quiso cerrar los colegios pero optó por ceder ante el DNU presidencial como una muestra de acercamiento y para intentar retomar los puentes, que se habían cerrado tras el feroz recorte de coparticipación federal y las fuertes discrepancias con la estrategia sanitaria, que incluyeron críticas a la distribución y la falta de vacunas de parte de Nación. Ahora la cuerda podría volver tensarse con esta decisión.
De todos modos, el regreso a las aulas se dará de manera presencial, en el caso de la educación maternal, inicial, especial y la primaria, bimodal –virtual y presencial– en primero y segundo año del secundario, y será totalmente virtual en los otros años del secundario así como en educación superior y terciaria.
En la conferencia de prensa que encabezó anoche junto al vicejefe Diego Santilli, Larreta evaluó los primeros resultados del confinamiento estricto: “Los datos muestran que después de un aumento de casos, cambió la tendencia, la curva se amesetó y se puede percibir una leve baja. De 2.600 a casi 2.400, y el R volvió a debajo de 1 la tasa de contagiosidad. Las UTI están en un 77%”. Y agregó: “Es un momento de gran incertidumbre, de mucha angustia”.
“La educación es para nosotros de máxima prioridad. Hace una semana, dijimos que las escuelas iban a ser lo último que íbamos a cerrar y lo primero que íbamos a abrir. Y lo vamos a cumplir. Después de tres días de receso que se van a recuperar del 20 al 22 de diciembre las escuelas vuelven a abrir sus puertas. Con estos datos, hay que seguir haciendo un esfuerzo para disminuir la circulación”, planteó el jefe comunal.
Empoderado con la decisión de la Corte, Larreta reactivó su idea de la presencialidad
“Los más grandes tienen más autonomía para seguir en clases virtuales y son los que más usan el transporte público”, opinó. Y agregó: “El nivel de contagio en las escuelas es más bajo que en el resto de la Ciudad”.
A pesar de que cedió hace una semana ante el DNU presidencial que implicaba un regreso a la fase 1, incluyendo el sistema educativo, la decisión de reabrir solo podía modificarse ante un escenario de colapso en los hospitales.
A esto se le suma otra decisión, que quedará para la semana que viene: adelantar las vacaciones de invierno. Una variante sobre la mesa es que comiencen a mitad de junio, o incluso antes. Aunque todavía no hay una decisión al respecto. Los datos terminarán de definir la fecha. Esto es lo que evalúa la ministra de Educación, Soledad Acuña, quien fue la que le ofreció la “salida” la semana pasada cuando le planteó a Larreta suspender las clases por tres días para recuperarlas a fines de diciembre.
En este marco, comenzaron a repartirse $ 120 millones para insumos sanitarios bajo el Programa de Asistencia Económica destinado a las cooperadoras de las escuelas. Se trata de un refuerzo de hasta $ 700 mil para higiene y protección del personal docente y no docente, y empezó a ser otorgado en dos cuotas.
Por su lado, se implementó un sistema de becas estudiantiles para recursos pedagógicos y conectividad. Se trata de 48.305 estudiantes del nivel secundario (el 53% de la matrícula total de gestión estatal) que recibirán $ 21.600 (a partir de junio cobrarán una primera cuota equivalente a la mitad de ese monto, es decir, $ 10.800), según fuentes oficiales. A ello se le suma la entrega de más de 150 mil cuadernillos de “Estudiar y Aprender” y 150 mil textos literarios impresos en las escuelas primarias de gestión estatal.
Contra el oficialismo. Aunque Larreta viene sosteniendo el regreso a la moderación y mantener buenos vínculos con el gobierno nacional y el bonaerense, lo cierto es que su decisión de reabrir las escuelas volvió a ponerlo en la vereda contraria al Frente de Todos.
Por ello, ayer el ministro de Educación, Nicolás Trotta, calificó de “irresponsabilidad” la medida del Gobierno porteño y trazó la línea crítica que ensayará el oficialismo ante la decisión de la Ciudad.
Por este tema, el Gobierno porteño ya había ganado la disputa judicial en la Corte Suprema de Justicia que, por cuatro votos favorables y una abstención, avaló la medida y ratificó la autonomía de la Ciudad para decidir qué hacer con el sistema educativo.
Empoderado con la decisión del Máximo Tribunal, el jefe de Gobierno reactivó su idea y, aunque implica una decisión no consensuada con el gobierno nacional, avanzará con la presencialidad.
Consultado sobre un conflicto con el oficialismo, Larreta respondió por el tema educativo: “No creemos que genera un conflicto, puede haber diferencia de opiniones. Hay algunas restricciones en la Ciudad que no hay en el resto del país”. Y cerró: “Todas las medidas fueron conversadas con el gobierno nacional”.