La curva de contagios en la Ciudad está en una nueva meseta. Aunque los últimos números no fueron alentadores. De hecho, se superaron los mil casos diarios, entre los asesores en materia de Salud del Gobierno porteño creen que no se trata de una tendencia en alza y que los efectos benéficos de la nueva cuarentena dura que se instaló hace una semana se empezarán a ver claramente en los próximos días, lo que permitirá una reapertura progresiva de actividades.
En este sentido, Horacio Rodríguez Larreta ya empezó a diagramar esta nueva fase sanitaria de la Ciudad a partir del 18 de julio, cuando termina el lapso de la nueva etapa de la cuarentena más dura.
Por ello, observan los funcionarios, los datos de transporte, donde la circulación bajó hasta un 30%, y en el índice de contagios denominado R, son alentadores.
La curva se estabilizó “antes del impacto de la cuarentena dura”, según datos oficiales. En números esto supone que el R. hoy se encuentra en 1.05. Venía de 1.1 hace diez días. El objetivo que se trazó Quirós con su equipo es que se sostenga debajo de 1, lo cual indicaría que la curva de infectados está en descenso. Otro dato clave: la tasa de duplicación de casos subió de 18 a 27 días. Más de 25 días es una de las causas del cambio de fase según el Ministerio de Salud.
Otros números para entender esta etapa de la pandemia vienen desde la secretaria de Transporte, que comanda Juan José Méndez. Allí vienen observando un marcado descenso, cuando se compara el mismo día de la semana previa, desde que arrancó la cuarentena dura.
Al comienzo de la nueva restricción, tanto el miércoles 1 de julio como el jueves 2 las variaciones fueron superiores al -30% en colectivos. En la semana los datos sostienen la baja: entre -14 y -4%.
En este sentido, ya se vislumbran las reaperturas. En primer lugar, los comercios de proximidad, que cerraron el 1 de julio, volverán a reabrir. Tienen la prioridad, según coinciden en la Ciudad. También el regreso de la actividad física será de las primeras medidas. De hecho, a Larreta no le gusta llamarlo “running” porque, en rigor, la mayoría de los que concurrían a parques y plazas a hacer deporte no corrían sino que caminaban o andaban en bicicleta.
Por su lado, en cuanto a las actividades que deberán esperar, los bares y restaurantes aún siguen siendo de “alto riesgo”. Seguirá el take away funcionando como hasta ahora. Algo similar ocurre con los gimnasios. Ni hablar de los lugares de entretenimiento, aunque la semana pasada la nueva cámara empresarial que los nuclea, denominada IDEAr, comenzó a trabajar en un protocolo para reabrir antes de fin de año.
También otros rubros, como las peluquerías, se están analizando los protocolos pero no será lo primero en reabrir. “Paso a paso”, definió Quirós. De hecho, el propio ministro no quiere cortarse el pelo. “Todos tenemos que hacer un esfuerzo, mi manera de solidarizarme con los peluqueros que hoy no pueden trabajar”. Cuando vuelvan a trabajar, afirma entre sus colaboradores, se lo cortará. “Los pelos de Quirós son un símbolo de la cuarentena”, lo gastan en el Gobierno porteño.