El juez Claudio Bonadio volvió a procesar a Cristina Fernández de Kirchner, esta vez, en calidad de partícipe necesaria de peculado y sin prisión preventiva. Su ex secretario Oscar Parrilli fue procesado como autor del mismo delito por utilizar aviones de la flota presidencial para trasladar diarios y muebles a Río Gallegos y al Calafate. A los dos, los embargó por 500 mil pesos.
El fallo del juez ocurre luego de que pilotos de la flota presidencial confirmaran a la Justicia que trasladaron diarios y síntesis de prensa desde Buenos Aires hacia la ciudad de Calafate o a Río Gallegos, una costumbre que inició el fallecido Néstor Kirchner, cuando estaba al frente del Gobierno nacional. También llevaban muebles “que eran para el hotel de la presidenta”, según determinó Bonadio.
Para Bonadio quedó claro que el ex Secretario General de la Presidencia de la Nación, a cargo de la logística de los viajes presidenciales, coordinaba y administraba los envíos hacia el sur del país. “Parrilli no sólo estaba al tanto de los envíos sino que era quien los ordenaba”, determinó el titular del juzgado federal N°11.
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Cristina Fernández de Kirchner fue considerada partícipe necesaria del peculado debido a que “es obvio que conocía y quería el resultado obtenido, desde que era quien se beneficiaba con la acción ilegal”.
El juez determinó que, durante las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner “se realizaban con regularidad vuelos con aviones de la flota presidencial con el único fin de llevarles a los nombrados los diarios del día”. También llevaron muebles y otros elementos a los hoteles que la familia presidencial tenía en la ciudad de El Calafate.
Los traslados a los que se refiere se sucedieron entre diciembre de 2007 a diciembre de 2015 y significaron un gasto innecesario para el Estado de entre casi 87 y 500 mil pesos, según pudo constatar el juez.
Los traslados a los que se refiere se sucedieron entre diciembre de 2007 a diciembre de 2015 y significaron un gasto innecesario para el Estado de entre casi 87 y 500 mil pesos.
“Dependiendo la aeronave utilizada, implicaban una erogación para la Administración de entre 86.650 y 476.500 pesos a valores estimados a la actualidad y que, en numerosos casos a lo largo de doce años, tuvieron por único fin el de llevar los periódicos del día a Néstor Kirchner y/o a Cristina Fernández, en uno de los ejemplos más obscenos, por su sin sentido, de derroche de fondos públicos”, escribió el magistrado en el procesamiento.
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En ese sentido, estableció que “ un vuelo ida y vuelta a Río Gallegos en el Tango 01 representaba en 2003 la suma de 11.082 dólares que, a valores actuales serían 476.526 pesos. En el Tango 02, 6.858 dólares en 2003, hoy en día 294.894 pesos. En el T-03, 6.900 dólares que al presente son 296.700 pesos. Por último, en el T-10 la Fuerza Aérea Argentina debía costear en el por un vuelo a Río Gallegos y su retorno a la ciudad de Bs. As, 2.015 dólares (más otros gastos menores de los que se hacía cargo la Presidencia), que a la fecha son aproximadamente 86.652 pesos. En tanto que a Calafate aproximadamente 2.080 dólares, que a la fecha son 89.000 pesos”.
Si bien fue clave el testimonio de todos los pilotos que comandaron las aeronaves, fue esencial el de Sergio Oscar Velasquez, el “elegido” por Néstor Kirchner para todos los traslados vía aérea del matrimonio. “Velasquez fue el comandante del Tango 01, en algunas ocasiones tripuló el Tango 04 y el Tango 10, y era quien, en la práctica, organizaba la totalidad de la logística de los restantes vuelos presidenciales”, asegura el juez.
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“Con relación a los aviones Tango 10 y Tango 03, por lo general eran utilizados para enviar documentación presidencial o la síntesis de prensa de la ciudad de Buenos Aires hacia la ciudad de Calafate o Río Gallegos. Durante los primeros seis meses de la presidencia de Néstor Kirchner, aproximadamente, tengo entendido que, cuando él estaba en el sur, le enviaban los diarios por línea aérea comercial. Alguna vez hubo un retraso y tomaron la decisión de que tales viajes sean realizados por la flota presidencial. Se hicieron hasta el final de la presidencia de Cristina Fernández, siempre que alguno de ellos estuviera en El Calafate o en Río Gallegos. El avión podía ser el ‘Tango’ 02, 03 o 10; se escogía según el remanente de horas que les quedaran para el próximo ‘service’, el que más horas poseía era el utilizado. El ‘Tango 04’ fue adquirido de Aerolíneas Argentinas a finales de la presidencia de Cristina Fernández, es un Boeing 737/500, no un F28 como los 02 y 03. Cuando se lo incorporó pasó a utilizarse también para este tipo de vuelos en los que se llevaban exclusivamente diarios”, explicó Velasquez.
“En algunos vuelos en el ‘Tango01’ en los que viajaba Cristina Fernández se cargaron muebles y elementos de decoración. No puedo afirmar si su destino final eran los hoteles, pero sí sé que casi el 99% de esa carga era para El Calafate, no para Río Gallegos. Ella misma controlaba que todas las cosas llegaran a salvo”, dijo el piloto sobre los traslados.
“Teníamos un vuelo que le decíamos el diariero porque volábamos los fines de semana –sábados, domingos y feriados- y en general solo trasladábamos los diarios despegando generalmente a las 06.00 de la mañana desde Aeroparque, los vuelos se realizaban solo cuando la familia presidencial se encontraba en el sur, podían ser a Calafate o Río Gallegos”, manifestó José Luis Bustos, comandante del Tango 10.
El piloto Claudio Humberto Trerotola indicó otros usos que la familia Kirchner les daban a las aeronaves: “Se trasladaban sobres con documentación, paquetes de diarios del día, personal doméstico, y en una oportunidad un peluquero que por lo que tengo entendido eran empleados de Cristina Fernández. También trasladé a esa Ciudad (por Río Gallegos) a la hija del matrimonio presidencial y unas amigas”.
José Alberto Luna, mecánico del tango 01 amplió: “Yo recuerdo un solo vuelo en el que llevamos muebles, televisores y rollos de cables violeta que se usan para enterrar, subterráneos, y equipamientos varios, todo eso fue al Calafate y creo que era para el hotel de la Presidenta”.