Argentina preside este año el encuentro anual de los 20 pesos pesados de la economía global, la Cumbre del G20, quienes constituyen el 85% de la riqueza en el mundo y el 75% del comercio internacional. Pero, ¿es acaso Argentina una de estas economías?
Lo cierto es que Argentina es socio del G20 desde los albores de esta institución multilateral, cuando tras la crisis financiera de 1999, los titulares de finanzas y presidentes de bancos centrales del G7 (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos) invitaron a su foro a otras economías intermedias y emergentes, que hasta el momento no habían tenido representación en los organismos financieros internacionales.
Así lo recordó en una conversación con PERFIL, el canciller del país Jorge Faurie: “Nosotros somos un miembro originario. (…) Hay economías de gran volumen como Estados Unidos, China o la Unión Europea, hay economías intermedias y hay economías de países emergentes, como es el caso de Argentina”. Y aclara: “La idea del G20 es ser un marco de análisis de las distintas visiones que tienen países de distintos tamaños sobre la marcha de la economía mundial”.
Sin embargo, el ex secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, quien participó activamente en las reuniones del G20 entre 2002 y 2005, define la particularidad del foro como “los países con mayor interacción en la economía mundial”, por lo que tiene otra visión sobre la membresía de Argentina en el G20: “una interacción fundamental es tomar deuda y colocar deuda” y recordando que a finales de los 90, Argentina era el principal colocador de este tipo de activos en Wall Street, dijo: “¡por eso está [en el G20]!”.
Sea o no el motivo por el que el país austral entró a formar parte del G20, lo cierto es que en 2017, Argentina volvió a liderar el ranking mundial como colocador de deuda pública en la plaza neoyorquina.
Y es que, la emisión de deuda fue una de las estrategias del equipo económico de Mauricio Macri para costear los gastos de un país con el déficit fiscal como principal problema económico y con deudas heredadas aún por saldar.
El problema es que a la misma velocidad que la deuda fue aumentando (constituye ya más del 70% del PBI del país), muchos de los dólares e inversores que llegaron al principio del mandato de Macri, también se fugaron. Si a ello le sumamos la corrida cambiaria de abril, el aumento galopante de la inflación, la depreciación del peso a la mitad de su valor frente al dólar o el aumento de la pobreza hasta casi un 30%, resulta un escenario que difícilmente se pudo imaginar Macri al tomar las riendas del país, y mucho menos al aceptar el encargo de liderar la cumbre de las economías más eficientes del mundo.
Nielsen sobre el pacto con el FMI: "Es como que el G20 juega en primera y Argentina bajó a la B”
Las dudas sobre la fiabilidad de Argentina volvieron a cernirse sobre el país y en junio Macri acabó llamando a la puerta del FMI para pedir una asistencia financiera de más de 50 mil millones de dólares a cambio de un plan ortodoxo de ajuste económico. Para Guillermo Nielsen, pedir ayuda al FMI, fue una maniobra totalmente inesperada de un país que pretende liderar el G20. Tal y como le comentó a Perfil: “En términos futbolísticos es como que el G20 juega en primera y Argentina bajó a la B”.
En este estado, con una economía que se ha contraído en un 2,5%, ¿está Argentina a la altura de recibir a los líderes del G20? El canciller Jorge Faurie opinó que sí: “El hecho de que un país tenga reformas estructurales o que esté pasando por un momento de austeridad o de mayor dificultad, no invalida la necesidad de hacer este tipo de encuentros”, y agregó que “lo que Argentina está organizando es un G20 que tiene una gran austeridad (…) con el mínimo gasto necesario”. Un gasto que, en un principio, se estimó en unos 3 mil millones de pesos y que ahora ya asciende a más de 4 mil millones. En una entrevista con Perfil, el historiador y profesor de la UBA, Leandro Morgenfeld, adujo el coste de la cumbre a los recortes que este año padecieron las universidades públicas.
"Lo que Argentina está organizando es un G20 que tiene una gran austeridad (…) con el mínimo gasto necesario”
Austera o no, la cumbre del G20, que comienza mañana, concentrará sobre suelo argentino al 80% de las potenciales inversiones mundiales. Una oportunidad única, tal como comentó a Perfil el ex presidente del BCRA Martín Redrado, para que Argentina cumpla una de las prioridades que se propuso como líder del G20: conseguir financiamiento privado para su infraestructura. “Lo interesante del G20 es que junta a países emergentes con países desarrollados (…) generar instrumentos para que el sector privado pueda invertir, sin duda puede marcar uno de los hitos de la presidencia del G20”, apuntó Redrado y concluyó con optimismo: “ojalá se logre este objetivo”.