El Peti tenía 14 años y se divertía con un revólver. Apuntaba y hacía alarde de sus crímenes. De golpe, se le escapó un tiro y mató a uno de los suyos. Escapó. Era 2014 y su imagen aterrorizaba a los vecinos de Lanús. El fin de semana fue asesinado de tres balazos.
Todos los que conocen su historia saben que podía terminar así: tanto los vecinos como la Policía hablaban de un chico que no tiene límites y atemorizaba a todo Villa Jardín, Lanús.
Aquel día, el balazo mató a Julio Agustín Acosta (20). Cuando la Policía llegó encontró el cuerpo de la víctima y una vaina servida calibre 38. Después de algunas horas localizó a los dos jóvenes que presenciaron el crimen. Estaban escondidos en otras casas de la zona.
Los vecinos aseguraban que "roba como si dijera buen día" y muchos le tenían miedo. Al mismo tiempo se hizo tristemente conocido en la comisaría 5ª de Villa Diamante, donde registró varios ingresos.
“En los últimos dos meses había sido detenido en dos oportunidades por denuncias de robo. En ambas ocasiones se le secuestraron armas. Una vez estuvo demorado ocho horas y la otra, cinco”, explicó el comisario Blas Mpatsios, a cargo de la seccional.
Pericias. Tras una de las detenciones, se elaboró una pericia psicológica que describió su conflictiva personalidad: “...Posee las características típicas de las personalidades anómalas que hacen sufrir a la sociedad. El causante puede volverse muy retraído, perder la confianza en todos los adultos”. El informe agregó: “...Falta de confiabilidad, de sentimientos de culpabilidad y de vergüenza. Conducta antisocial sin aparente remordimiento. Resulta recomendable su inmediata asistencia en un centro”.
El 26 de mayo de ese año, por orden del Juzgado de Menores N° 3, fue trasladado al Centro de Contención de Menores Gambier, en Abasto, La Plata. Pero se escapó y volvió al barrio. Los vecinos se quejaron porque lo volvieron a ver en la esquina de siempre.
La búsqueda se intensificó y en septiembre lo detuvieron y fue derivado al Centro Cerrado de Detención Eva Perón de La Plata. Cuando volvió a fugarse, las autoridades intensificaron los rastrillajes. El fin de semana todo terminó de la peor manera, con el chico asesinado de tres balazos.