Tras analizar durante meses el resultado de aplicarles plasma de personas recuperadas de Covid a pacientes añosos, un grupo de investigadores argentinos comprobó que este tratamiento es eficaz y sirve para prevenir las complicaciones de esta enfermedad, al menos entre adultos mayores: “disminuyó un 61% la posibilidad de que estos pacientes necesiten oxígeno y respiradores durante la evolución de la patología”, resumió el doctor Fernando Polack, coordinador del estudio, durante una conferencia de prensa en la que presentó los resultados.
El trabajo siguió la evolución de la salud de 160 adultos con Covid-19. Todos mayores de 65 años, y muchos padeciendo otras patologías como diabetes o EPOC. En conjunto tenían una edad promedio de 77 años. Según Polack “comprobamos que la aplicación de plasma que contuviera una adecuada concentración de anticuerpos protectores, y suministrado dentro de las primeras 72 horas, cuando los síntomas (fiebre, dolor de garganta) del Covid aún son leves, pudimos reducir la progresión hacia enfermedad severa. Y, en muchos casos, logramos convertir esta infección en un mal catarro”.
El estudio, del tipo doble ciego, comenzó a diseñarse en marzo y buscaba determinar en detalle la capacidad del plasma de recuperados para “frenar” el avance y las complicaciones del Covid-19 entre los mayores. Este trabajo, junto con otro similar –que se está llevando a cabo en la India y aún no finalizó–, es hasta ahora único en el mundo.
"Gracias al plasma
en muchos casos,
logramos convertir
esta infección en
un mal catarro"
Aunque se han hecho otras pruebas similares, incluyendo una reciente coordinada por médicos del Hospital Italiano, hasta ahora fueron intervenciones sin resultados positivos. La diferencia con esta forma de tratamiento “es que nosotros pudimos aplicar el plasma en forma temprana. Y pensamos que cuanto más cerca del momento de la infección se haga esta intervención, más efectiva resultará su aplicación, algo que se corresponde con lo que ocurre en muchas infecciones respiratorias virales, incluyendo la gripe”, resaltó el experto de la Fundación Infant.
Los infectólogos explicaron que la mitad de los participantes recibió placebo y la otra mitad, plasma especialmente alto en anticuerpos, algo que también resultó clave a la hora de explicar los buenos resultados. Tras abrir los datos descubrieron que, entre los que recibieron el placebo, se agravó su condición en el 29% de los casos. Pero eso mismo pasó solo en el 11% de quienes recibieron plasma. O sea que este derivado de la sangre tuvo una eficacia del 61% para disminuir la progresión de la enfermedad.
Hacia delante resta ver cómo se adaptan estas conclusiones a las posibilidades clínicas reales. Y habrá que superar al menos dos problemas: contar con cantidades adecuadas de plasma con altos títulos de anticuerpos y aplicarlo en la forma más prematura posible, entre las 48 y las 72 horas de la primera aparición sintomática.
Pero más allá de estas dificultades, el plasma de recuperados apunta a convertirse en una nueva herramienta que se suma a las todavía escasas opciones de tratamientos disponibles contra el Covid-19.