Martín Soria se convirtió este lunes 29 de marzo en ministro de Justicia. Alberto Fernández le tomó juramento en la Casa Rosada. Soria llegó para ocupar la vacante que dejó Marcela Losardo, una mujer de extrema confianza del presidente. El nuevo ministro llegó para poner en práctica los principales objetivos del kirchnerismo duro en materia judicial, donde hay cuatro frentes abiertos: uno con la Corte Suprema, otro con el Consejo de la Magistratura, el tercero con la Procuración y el cuarto con el funcionamiento de los tribunales de Comodoro Py.
Soria adelantó antes de asumir cuáles serán sus dos prioridades: “Con Alberto Fernández repasamos todo lo que se viene de acá en adelante. Los cambios son profundos: hay dos leyes fundamentales con media sanción y creo que se están por destrabar, la reforma del Fuero Federal y la del Ministerio Público Fiscal”.
Reforma en la ley de Ministerio Público Fiscal
La ley de reforma del Ministerio Público será probablemente la primer prueba de fuego del mandato de Soria, aunque eso depende del Congreso. La posibilidad de cambiar las mayorías para designar al Procurador son claves para el kirchnerismo, que desde su asunción apunta contra el interino Eduardo Casal, pero nunca pudo aprobar al pliego de Daniel Rafecas, el juez federal elegido por Fernández como candidato al cargo.
La posibilidad de cambiar las mayorías también atentaría al nombre de Rafecas, quien ya sostuvo que no aceptaría seguir adelante con su postulación si cambian las mayorías. Designar un Procurador titular es una prioridad en vistas a la implementación del sistema acusatorio en la Argentina, pero en un año y cuatro meses de gobierno, el oficialismo no lo logró. Soria tiene un duro desafío por delante si quiere conseguir ese primer objetivo, que de momento todavía no está cerca, pero que es el primero que buscaría concretar.
Reforma judicial
La reforma judicial es otro de los proyectos que quedó a mitad de camino en el Congreso, con media sanción en el Senado, donde Cristina Kirchner domina con comodidad. Anunciado en julio pasado, en medio de críticas de la oposición y de gran parte de la justicia en general es considerada “impracticable” por quienes conocen el mundo jurídico, pero desde el Ejecutivo buscarían reflotar. Entraría en segundo lugar, después del pretendido objetivo de cambios en el MPF.
La relación con la Corte
Soria también adelantó que pediría una audiencia con la Corte, objetivo de gran parte de los ataques del Ejecutivo del último tiempo. Primero de CFK, luego del propio Alberto Fernández. Soria adelantó que pedirá una audiencia con los jueces de la Corte. “Lo primero que voy a hacer como ministro es pedir una audiencia oficial con la Corte de Justicia.
"Hay que buscar el diálogo”, sostuvo poco después del anuncio de su nombre para el cargo. En tanto que también consideró sobre el máximo tribunal: “Tenemos una Corte que fue complaciente cuando algunos camaristas tiraron todas las teorías jurídicas que aprendimos en la facultad por la ventana, como las prisiones preventivas”.
La frase no cayó bien puertas adentro del Palacio de Tribunales y en la justicia hay quienes creen que si Soria busca el diálogo entró con el pie izquierdo, al tiempo que consideran que subestimó un problema fundamental: la Corte está atravesada por fuertísimas internas entre sus distintos miembros, pero si el ataque proviene de afuera sus miembros podrían mostrar un abroquelamiento ante esa embestida.
Consejo de la Magistratura
Algo similar podría darse con el interbloque opositor en el Consejo de la Magistratura, donde hay varios concursos claves realizándose y otros en caminos. Vacantes como las de los juzgados de Claudio Bonadio, Rodolfo Canicoba Corral y Sergio Torres son sólo algunas de las que están disponibles. También está en camino el concurso para llenar las plazas de Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, en la estratégica Cámara Federal de Apelaciones.
Pero además de las vacantes a llenar el oficialismo tiene a varios magistrados en la mira. Entre ellos, Gustavo Hornos, el camarista de Casación al que denunció el propio Soria por sus encuentros con Mauricio Macri, cuando este era presidente, en vísperas de fallos importantes contra CFK. De cualquier modo, sea para designar o sea para intentar llevar a juicio político, la oposición buscaría cerrar filas internamente y a pesar de sus diferencias para contrarrestar una avanzada del oficialismo en el organismo.
Con Comodoro Py aseguró querer una relación “transparente”. Los tribunales de Retiro, adónde se juzgan los casos que involucran a actuales y ex funcionarios, se muestran a la expectativa. Por un lado dan cuenta de creer que están frente a la mayor embestida por parte de CFK, que recuerden. Por otro saben que gran parte de los objetivos propuestos deberán pasar primero por el legislativo. Y esperan antentos a lo que sucederá allí. Hasta ahora el oficialismo no tuvo éxito. Y ahora creen que podrá verse si todo el fracaso era de Losardo, como sostenían puertas afueras desde el kirchnerismo duro, o el alcance es aún mayor.
CD/Edición MC