Para enfrentar la crisis cambiaria y la falta de credibilidad del sector externo y de doña Rosa en el plan económico, Mauricio Macri recurrió a un viejo artilugio en la política: "la culpa es del otro". O dicho en otros palabras: corrupción mata crisis económíca
La semana pasada con la suba incontrolable del dólar los cuadernos de la corrupción desaparecieron del escenario político y mediático y la crisis cambiaria lo tapó todo.
Pero hoy, minutos antes de que Cristina Fernández de Kirchner volviera a presentarse a declarar ante el juez Claudio Bonadio, primero Macri y luego el ministro Nicolás Dujovne trajeron los cuadernos para instalarlos nuevamente en la agenda política
Y así fue que, al promediar su discurso y al referirse al escándalo de los cuadernos, Macri dijo: "Constituyó un antes y un después para terminar con la corrupción que tanta pobreza nos ha traído. Pero en el corto plazo afecta la imagen del país y genera más dudas sobre nuestra capacidad de conducirnos con seriedad".
"Lo de los cuadernos en el corto plazo afecta la imagen del país y genera más dudas"
Minutos más tarde, el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, salió a defender su gestión al decir "Es muy difícil entender la situación que estamos atravesando que parte de los enormes desequilibrios que heredamos de un Gobierno que saqueó a la Argentina con una corrupción descarada, inédita y pocas veces vista en el mundo. Y que financió en buena medida una fiesta, que dejó una situación difícil para adelante" , y aunque no mencionó directamente a los cuadernos fue muy enfático al depositar las culpas.
Hasta ahora esta estrategia le ha dado muy buenos resultados al Gobierno instalando por encima de la crisis económica la corrupción dos males endémicos que los argentinos vienen sufriendo en los últimos 40 años.