“Si arreglamos con Provincia, se arregla con Nación”. Ese escenario imagina por estas horas la mesa chica del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta en lo que al manejo de la pandemia de coronavirus se refiere. Por eso, las primeras negociaciones después de la interrupción del diálogo y la judicialización de las restricciones serán entre las administraciones de Larreta y Axel Kicillof.
Los puentes ya volvieron a tenderse y el objetivo es que los funcionarios que administran la pandemia de uno y del otro lado de la General Paz puedan volver a contrastar los números de las últimas horas y tener un punto de partida en común. Una foto entre Larreta y Kicillof será difícil pero ambas gestiones admiten que sus jefes de Gabinete y ministros de Salud pueden ser parte de ese primer acercamiento.
La idea es que estas conversaciones se retomen en las próximas horas. Ya hay charlas informales, incluso Kicillof nunca cerró el diálogo del todo y siguió hablando con funcionarios porteños como el vicejefe de Gabinete, Diego Santilli. Este último es uno de los que busca una salida coordinada a las medidas que tomó el Presidente Alberto Fernández una semana atrás, sin consultar ni avisar a la Ciudad.
Ahora el gobierno de Larreta entiende que las próximas medidas deben empezar a coordinarse con Kicillof. No solo porque son los dos dirigentes que administran el AMBA, en donde el aumento de casos muestran la realidad más dura, sino también porque si hay acuerdo con el gobernador bonaerense, Fernández lo aceptará.
¿Se podrá repetir la foto entre Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta? En la Casa Rosada son más reacios que en la sede de Uspallata en donde funciona el Gobierno porteño, aunque ambas gestiones reconocen que por los números de contagios esto va a ser inevitable.
Después de sentarse con Provincia y destrabar la discusión con Kicillof, un nuevo encuentro entre el Presidente y el jefe de Gobierno porteño podría producirse incluso antes del 30 de abril, fecha en la que vencen las medidas impuestas por Fernández.
La Ciudad admite que si en los próximos días no se logra estabilizar el número de contagios, se tendrían que avanzar en nuevas medidas. Sin embargo, dejan las clases presenciales afuera de todo escenario.
Después de llegar a un pico de cerca de 30 mil casos, ambas gestiones explican que la curva muestra un comportamiento de un serrucho que sube y baja en un nivel alto de contagios. “Esto no pueden seguir así diez días más”, reconocen en Capital Federal. El 30 de abril vencen las medidas implementadas por Fernández y mientras la Corte Suprema debe definir la disputa por las clases presenciales, las administraciones de Larreta y Kicillof serían las que dejen la disputa atrás y retomen el diálogo para volver a coordinar medidas para el AMBA.
RA/Edición MC