La bomba que estalló en el establishment empresario por el escándalo de los "cuadernos de las coimas" no genera la misma reacción en todos los hombres de negocios imputados. Angelo Calcaterra, su mano derecha Javier Sánchez Caballero (ambos de Iecsa), y Juan De Goycoechea (Isolux) reconocieron haber aportado dinero para campañas tras los "aprietes" de Roberto Baratta, número dos de Planificación Federal. Pero un ejecutivo del sector energético se diferenció este martes y dijo que no fue presionado para financiar al kirchnerismo
Se trata de Alejandro Ivanissevich, ex titular de Emgasud y constructor de gasoductos en el Sur, quien admitió que puso dinero para la campaña de 2009 a pedido de Baratta, pero nunca dijo que lo extorsionaron o apretaron. "El puso el dinero porque apoyaba el proyecto", explican en su entorno quienes lo asesoran legalmente y remarcan: "No se arrepintió de nada porque no cometió ningún delito".
En su declaración, de hecho, el ejecutivo solo enfatizó que, por las normas de su empresa, debió pedir "un recibo" por el aporte, algo que (aún pese a insistir en varias oportunidades) nunca le dieron.
En sus dichos ante la Justicia, Ivanissevich confirmó lo que dicen los cuadernos del chofer de Baratta, Oscar Centeno, incluso con el detalle de día y hora en que entregó "una bolsita" con dinero. Además remarcó que esa fue la única vez que le pidieron fondos durante la anterior administración. "Baratta me explicó la urgencia de contar con los fondos así que le entregué de mis ahorros la suma de $ 500 mil", relató.
Lejos de hablar de aprietes y extorsiones, como los demás citados por la Justicia, el hombre del sector energético explicó: "Como De Vido y Baratta sabían que era un empresario que arriesgaba mi capital y no estaba en la obra pública, nunca hubo de parte de ellos ninguna sugerencia de coima, retorno o sobornos".
Expertos penalistas advierten que hay una diferencia importante en la estrategia judicial de Ivanissevich respecto del resto de los que admitieron pagos en el gobierno anterior bajo aprietes. "Los que dijeron que fueron extorsionados o apretados se juegan a que el juez les crea, porque si se demuestra que no fue así y mintieron, les caen con todo", indicaron ante la consulta de Perfil.
"En cambio, al decir que se puso dinero para la campaña por voluntad propia, no se corre el riesgo del falso testimonio, cuya pena es mayor al cohecho", explicaron a este medio
En cualquier caso, todos los empresarios que reconocen los pagos de "aportes de campaña con fondos propios" buscan tres objetivos, de acuerdo con penalistas:
- Bajar la escala penal, y si dicen que hubo coacción, directamente anularla.
- Al hablar de fondos propios, buscan despegar a la compañía de posibles delitos de evasión o lavado
- Al no hablar de sobreprecios y favoritismos, no vinculan los pagos ilegales con ningún contrato, con lo que se blindan de cualquier posible nulidad futura de esos negocios.