La estrategia de Cristina Kirchner de recusar a jueces y fiscales que la investigan no es nueva. En los últimos años, por los menos otros seis magistrados fueron apuntados por la vicepresidenta, quien buscó apartarlos de los casos en su contra.
Muchas de las causas que tuvieron y tienen a Cristina Kirchner como acusada fueron instruidas por el fallecido juez federal Claudio Bonadio. Varios de estos expedientes llegaron a instancia de juicio pero a la mayoría no se le fijó fecha de inicio. Con el tiempo y luego de diversos planteos de nulidad, Cristina fue sobreseída en algunos. No obstante y ante varios pedidos de apartamiento a distintos magistrados, la justicia le dio la razón a la defensa de la vicepresidenta encabezada por Carlos Beraldi, en otras no.
En julio de 2015, Cristina recusó a Bonadio en la causa donde se investigaba a la firma Hotesur de su propiedad en sociedad junto a sus hijos Máximo y Florencia. En el planteo adujo que el entonces titular del juzgado 11 contaba con un número importante de resoluciones rechazadas por la Cámara de Apelaciones poniendo como ejemplo otro expediente donde fue recusado al recordar su pasado por haber sido uno de los “jueces de la servilleta” del ex ministro menemista Carlos Corach.
En ese sentido, la sala II de la Cámara Federal porteña por mayoría ordenó excluir al juez y sortear a un nuevo magistrado interviniente, en este caso fue Julián Ercolini.
En abril de 2016, la exmandataria recusó a Bonadio pero en la causa “dólar futuro”. En ese momento Cristina alegó enemistad manifiesta por parte del juez y anexó notas donde a su entender Bonadio le respondía de manera desafiante tras calificarlo de “juez pistolero y extorsionador”. En esta oportunidad intervino la Sala II y ratificó a Bonadio de manera unánime al determinar que los argumentos del planteo de la defensa “no poseen la entidad suficiente como para sostener” que se lesiona el derecho de los imputados.
Cuatro meses más tarde, CFK volvió a recusar a Bonadio en la causa Los Sauces. De nuevo fue por enemistad manifiesta, puntualmente por haberla obligado a ir a los tribunales de Comodoro Py a notificarse de su procesamiento en “dólar futuro”. El planteo llegó a la Sala I de Casación donde por mayoría confirmaron al juez.
Cinco años más tarde, en esta misma causa, pero ya en manos del Tribunal Oral Número 5, Máximo y Florencia Kirchner recusaron a la jueza de cámara y única integrante del tribunal, Adriana Paliotti, quien se había opuesto a devolver el control de la administración de los bienes de la sociedad bajo la sospecha de lavado de dinero.
Bonadio también fue recusado por Cristina en la causa por el memorando de entendimiento con Irán en junio de 2017.
Con el fin de la feria judicial de invierno de 2018 vino la llamada “causa de los cuadernos”, allí nuevamente con Bonadio como interviniente pero esta vez catalogado como “el juez enemigo”. Allí no solo buscó excluir de la causa al juez sino también al fiscal federal Carlos Stornelli y pidió que el expediente fuera remitido al juzgado de Ercolini, quien tenía otras causas que podrían estar vinculadas. Finalmente Bonadio fue confirmado, instruyó y elevó a juicio oral.
Sin embargo, Cristina sumó una victoria contra Bonadio. En diciembre de 2019, la Sala II de la Cámara de Casación dispuso por mayoría el apartamiento del juez tras hacer lugar un recurso formulado por Oscar Parrilli, también procesado en la causa, donde se investigaba el uso de la flota de aviones presidencial para trasladar muebles y diarios a Santa Cruz derivada del expediente cuadernos.
En cuanto a instancias superiores, la exmandataria judicialmente apuntó contra Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens, miembros de la Cámara Federal porteña. Los recusó por dictar la falta de mérito a los ex jefes de la AFI macrista, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, por asociación ilícita en maniobras de espionaje ilegal. En su resolución de febrero de este año, el camarista Eduardo Farah no dio curso al reclamo por considerarla “manifiestamente improcedente”.
Como consecuencia de lo anterior, Cristina Kirchner, en su rol de querellante en ese mismo expediente iniciado en Lomas de Zamora, buscó apartar a dos miembros de Casación encargados de revisar los recursos que llegasen a esa instancia. Pidió la exclusión de los jueces Mariano Borinsky y Javier Carbajo. En su fallo, los camaristas rechazaron la decisión al aseverar que el asunto ya había sido objeto de tratamiento entre ambas salas.
Finalmente, esta semana, Cristina intentó sacar a dos de los tres jueces de la única causa que está en instancia de juicio y en curso. A esto se suma el pedido de apartamiento del fiscal Diego Luciani, quien está en medio de ronda de alegatos. Para ello, su defensa se valió de varias publicaciones en diversos medios para invocar temor de parcialidad y pérdida de objetividad. Por un lado la fotografía de un equipo de fútbol donde se ve al acusador del ministerio público cerca del magistrado Rodrigo Gimenez Uriburu y por el otro, el nombre de este último sumado al de su colega Jorge Gorini en un registro del Ministerio de Seguridad por entonces comandado por Patricia Bullrich. La decisión del tribunal fue rechazar dichos planteos de apartamiento donde además se incluye al otro fiscal de juicio, Sergio Mola.