POLITICA

Describir y proponer: el primer discurso de Alberto Presidente

Alberto Fernández inauguró su presidencia con un discurso lógico, práctico, realista y sin agitar sobre expectativas.

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Alberto Fernández y Cristina Kirchner. | Joaquín Temes.

Con tantas frustraciones encima, es difícil pedirle a la sociedad argentina credulidad y esperanza, sobre todo cuando muchos de los protagonistas de unas y otras insisten en convencernos de que esta vez sí.

Alberto Fernández inauguró su presidencia con un discurso lógico, práctico, realista y sin agitar sobre expectativas.

Hábil político (habrá que ver si lo puede trasladar al rubro "liderazgo"), supo en su primera oratoria mezclar la descripción de la grave situación socioeconómica de la que ahora debe hacerse cargo, como propuestas generales para detener la caída y empezar a repuntar. Lo mismo hizo con la delicada cuestión de renegociar la deuda.

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Conceptualmente se planteó terminar con la grieta, algo que puede resultar curioso con Cristina Fernández de Kirchner a su lado (y después de la cara de desprecio que le puso a Macri cuando le dio la mano), pero que acaso se entienda como una señal de buenas intenciones. Como guiño, contribuyeron sus citas iniciales y finales a Raúl Alfonsín.

Su mayor vehemencia, sin embargo, fue sobre un tema del que se encargó de explicitar antes y durante la campaña que sería una prioridad personal: la justicia. Abogado penalista, profesor en la Facultad de Derecho de la UBA y discípulo del fallecido Esteban Righi (al que homenajeó hace un mes y también en el discurso y quien renunció como Procurador tras una denuncia pública del hoy reo Amado Boudou), no hay presidente en nuestra historia democrática reciente que conozca tanto el funcionamiento judicial.

Así, utilizó en varias ocasiones la emblemática frase “Nunca Más” para criticar a la justicia atada a las necesidades políticas y anunció la intervención y reformulación de los servicios de inteligencia, actores claves en esos vínculos incestuosos.

En política, y en la vida, a veces se dicen palabras para salir del paso. Fernández eligió apelar al manual profesional: habló de las cosas que pasan y habló para que pasen cosas. Veremos si estos decires se transforman en haceres y escapan a la inercia frustrante.