En otro capítulo del "sainete" del traspaso -así denominado por ambas partes de esta pulseada presidencial-, el fiscal electoral de la Capital Federal Jorge Di Lello confesó estar "un poco contrariado".
Rechazó además, en diálogo con Vorterix, que su resolución implique un golpe de Estado, contra lo que sostuvo el titular de la AFI, Oscar Parrilli, al asegurar que valora "muchísimo" el "sistema democrático".
"Estoy contrariado, estamos discutiendo cosas que nunca se discutieron", opinó el letrado que dictaminó sobre el horario de traspaso del poder de presidente a presidente.
"A pesar de que estuvieron escritas desde 1994, nunca hubo necesidad de discutirlas. Cuando se busca la letra fina, suceden estas cosas. El Código Civil y la Constitución dicen una cosa, pero que la Presidenta decida esto es porque hay dos sectores en conflicto", explicó Di Lello.
Y agregó: "Nadie puede pensar que por saludar con un beso a la persona que entra se la va a acusar de usurpación de título. No quiero entrar en esto chicanesco. Es un monumento al absurdo". "Tienen el derecho de hacer la presentación, por eso resolví", opinó en cuanto de Cambiemos.
Respecto de las instancias a seguir, respondió: “Servini no tiene un plazo, no quiero abrir mi boca de manera que se entienda algun tipo de presión".
Consultado al respecto por radio Continental, respondió: "Me dolió mucho más que otra cosa, pero me parece que además a nadie le interesa intentar buscar verdades relativas como son todas en función de una cosa que, por lo menos de palabra, todos valoran muchísimo, que es un sistema democrático, que tendrá sus contradicciones, sus irregularidades, pero que permite vivir en la mejor paz posible entre los humanos".
El magistrado, además, dijo que "tener que intervenir en una acción de este tipo también es bastante insólito" y manifestó que "jamás" en su "vida" se le "hubiera ocurrido" tener que determinar "cuándo terminaba exacto y matemáticamente el mandato de la Presidenta".
