Cuestionado por agrupaciones sociales y partidos políticos en el 10º aniversario de la masacre de Avellaneda, el ex presidente Eduardo Duhalde se defendió en privado, pero sus declaraciones trascendieron esa esfera. El ex presidente aseguró que el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán a manos de oficiales de la Policía bonaerense "es el único caso que no quedó impune" desde la crisis de 2001 hasta ese entonces.
El jefe de Estado entre 2002 y 2003 recordó la condena que recibieron siete policías y ex oficiales en 2006, acusados de aquellas muertes. "De los crímenes del 2001 (sic) es el único que no quedó impune", insistió. Fueron condenados a reclusión perpetua el ex comisario Alfredo Fanchiotti y el ex cabo Alejandro Acosta. Eso sí, a seis años de su condena, ambos gozan el privilegio de haber sido trasladados a un penal de régimen abierto que permite salidas de hasta 12 horas diarias.
Duhalde formuló estas declaraciones el jueves último -aunque trascendieron hoy- antes de compartir una charla con el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso en la sede porteña de la Universidad Católica Argentina, según indicó el portal Infobae.com.
"A veces el Estado tiene que reprimir", definió en una entrevista, semanas después de dejar el poder en 2003, sobre la masacre de Avellaneda.
Dos meses atrás, el juez federal Ariel Lijo resolvió archivar la causa que investigaba la responsabilidad política de los gobiernos nacional y provincial en los asesinatos.
La querella señalaba no sólo al ahora ex presidente, sino también al entonces gobernador bonaerense Felipe Solá; al ex jefe de Gabinete nacional Alfredo Atanasoff; al ex ministro de Justicia Jorge Vanossi; al ex titular de la cartera del Interior Jorge Matzkin; al ex secretario de Seguridad Interior Juan José Álvarez; al ex secretario general de la Presidencia, el ahora senador kirchnerista Aníbal Fernández, y al ex jefe de la SIDE, el difunto Carlos Soria.