Seamos claros: la verdadera razón por la que se está convocando al Consejo Directivo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) para tratar una supuesta “reingeniería” del instituto no es su reorganización, sino la luz verde para rematar cerca de 40.000 hectáreas de campos de su pertenencia y crear un negociado inmobiliario.
Se están violando todos los mecanismos institucionales que ya le habían dicho no al proyecto de desguace. Pero el gobierno libertario insiste con llevar adelante su negociado inmobiliario presionando al Consejo Directivo del INTA.
Después del revés legislativo y judicial que tuvo el decreto presidencial, vuelven a la carga con la misma receta, pero esta vez a través del Consejo Directivo que no pudieron disolver.
Un intento de desguace tras el revés legislativo y judicial
La propuesta tiene por objetivo dar un giro de 180 grados en la misión y la visión que el organismo mantiene desde su creación hace casi 70 años.
Pretenden que todo el potencial de la institución en investigación, innovación y transferencia esté al servicio de aquellos actores del sector que puedan cofinanciar proyectos, con el aporte de todos los argentinos, para atender sus demandas privadas. Un INTA para pocos, pero financiado con el aporte de todos.
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Los cientos de miles de productores que necesitan políticas públicas para mejorar sus producciones, aplicar nuevas tecnologías y recibir capacitación para su uso se encontrarán con una drástica reducción de personal mediante retiros voluntarios; una pérdida de capital humano formado con el aporte de todos; el cierre de los programas de economías regionales, agricultura familiar, campesina e indígena; el cierre de estaciones experimentales y la venta de decenas de miles de hectáreas donde se llevan a cabo las investigaciones; y la baja de decenas de proyectos de investigación que, hasta hoy, están a su disposición para mejorar su calidad de vida, sostener el arraigo y propender a un desarrollo federal que los incluya a todos.
Como país veremos que van a ser dados de baja proyectos de especial interés para las generaciones futuras, como las líneas de investigación en mitigación del cambio climático, deforestación y sus consecuencias, en cuidados de recursos naturales y otras tantas áreas que son estratégicas para el futuro de la Nación y de los argentinos.
Un patrimonio estratégico en riesgo
En definitiva, quieren trastocar para beneficio de unos pocos una institución estratégica que está al servicio del desarrollo del país.
No nos dejemos engañar: no se trata de una modernización, sino de un negociado inmobiliario de un bien público que costó más de medio siglo construir.
Esperamos que los representantes de las entidades y de la academia, que conforman el Consejo Directivo, tengan la templanza para sostener sus convicciones, respetar la voluntad del pueblo expresada a través de sus representantes en la legislatura y el rechazo judicial que prohibió este atropello.
No vamos a quedarnos de brazos cruzados mientras se intenta arrojar por la borda este patrimonio del pueblo argentino. Vamos a acompañar a productores, trabajadores y a todos los que se decidan defender al INTA.
Firman los ex Ministros y ex Secretarios de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación: Ing. Agr. Felipe Solá; Méd. Vet. Javier de Urquiza; Ing. Agr. Carlos Cheppi; Dr. Julián Domínguez; Sr. Norberto Yauhar; Ing. Agr. Luis Basterra y Ing. Juan José Bahillo.
CP