El pulso inflacionario es una preocupación dentro del gabinete económico y también en el equipo de campaña del oficialismo, obviamente. Por las dudas y como “quien avisa no traiciona”, el Ministerio de Economía ya anticipó que en septiembre se espera una desaceleración leve respecto de agosto. Lo dijo apenas el INDEC difundió, el miércoles pasado, el letal dato de 12,4% para la inflación de ese mes.
Ayer, Economía redobló la apuesta. El viceministro, Gabriel Rubinstein, quien venía por cierto bastante amordazado, ayer rompió el silencio vía Twitter y anunció: “Estaremos emitiendo un informe de inflación semanal todos los viernes”.
Todas las consultoras privadas proyectan, hasta el momento, un piso del 12% para el mes primaveral.
En esas discusiones de mesa chica de campaña dicen que Máximo Kirchner suele ser el más efusivo a la hora de hablar de precios y de recuperar el poder adquisitivo. Apunta a los formadores de precios pero también a los medios hegemónicos. No es el único que levanta temperatura cuando se monitorea el ritmo inflacionario en la mesa chica de Massa.
PERFIL había anticipado que el dato de agosto (dos dígitos, el mes más alto desde hace 32 años y, en consecuencia de la gestión Massa y de este gobierno) era motivo de chicanas entre los integrantes del equipo que lidera Sergio Massa. Incluso al titular del organismo oficial de estadísticas, Marco Lavagna, lo apodan “trompita” por su malestar frente a las bromas que sus pares le dispensaban insinuando que si hubiera dado “menos de 10”, hubiera habido más oxígeno.
De lo que más hablan Massa y la vicepresidenta Cristina Kirchner (cuando hablan o chatean) es de “cómo vienen los precios?” y especialmente en los alimentos básicos.
Inflación de 70% y dólar a $600, las claves del Presupuesto 2024 que envió Massa al Congreso
Ayer, se difundió que la canasta alimentaria se disparó a un récord del 17% en agosto, muy por encima del 12,4% de inflación informado por el INDEC. Una familia tipo necesitó $284.687 para no ser pobre y $ 130.590 para no ser indigente. Estos índices anticipan una suba de la pobreza durante el segundo semestre del año.
El “primer informe” semanal aseguró que la inflación está “cediendo” e indicó que, en la semana que comprende del 4 al 10 se septiembre, fue del 2,1%, en línea con los valores previos a la devaluación. Según esa información, del 28 de agosto al 3 de septiembre, la suba de precios había sido del 2,5%.
“Luego de un pico de inflación semanal estimado del 4,8% en la tercera semana de agosto, registro muy influenciado por la devaluación del día 14 de agosto, la inflación semanal fue cediendo”, señaló la oficina a cargo de Rubinstein.
