¿Cómo va a haber transición de equipos si todavía no se designó a nadie?, preguntan en curiosa coincidencia dentro del BCRA y entre los equipos del presidente electo, Javier Milei, con relación a la transición de equipos que debiera comenzar es uno de los principales focos de tensión que tendrá la economía, luego del traspaso presidencial del 10 de diciembre.
El BCRA concluirá exhausto el mandato presidencial de Alberto Fernández. Las reservas están en alerta naranja y en el mercado sostienen que las netas solo orillan los 10 mil millones de dólares negativas, según cálculos privados. El escenario es poco alentador porque no se esperan ingresos abultados de dólares en el primer tramo del próximo Gobierno. Además, porque entre diciembre y marzo próximos, deberán afrontarse vencimientos de deuda por 6.800 millones de dólares.
Por eso, levantar las Leliqs rápidamente y poner en armonía el tipo de cambio son objetivos prioritarios para Milei, según se supo que le dejó en claro a Luis Caputo, quien ocuparía la poltrona del Palacio de Hacienda en los primeros tres o seis meses, según se dejó trascender esta semana.
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Es un secreto a voces, pero nadie lo confirmó en ese puesto formalmente aunque Caputo (“Toto”), no deja de recibir mensajes de salutación por su próximo desafío, mensajes que él no desestima ni rechaza.
En el mercado ya tomaron nota sobre que Emilio Ocampo ya no conducirá los destinos de la autoridad monetaria. Esta semana se plasmó esa decisión política en un comunicado formal del presidente electo. “El cierre del Banco Central no es un asunto negociable”, rezó uno de los últimos cinco comunicados, justo el día en que se supo que el futuro timonel sería, junto con Caputo en Economía, Demian Reidel.
Lo de Reidel tampoco estaba confirmado formalmente, al punto que ayer trascendió que se bajaba del barco. Y el economista –como el exfuncionario– ha venido recibiendo felicitaciones desde que volvió a sonar su nombre.
Aunque no haya equipos trabajando en la transición del Central, lo que sí pareciera descartado es la forma en que se instrumentará la sucesión. Como el actual timonel, Miguel Pesce, está en comisión solo se necesitaría un decreto para alejarlo de esa silla eléctrica.
Al nuevo titular lo designará el presidente electo y debería ser ratificado por el Senado, aunque desde la salida de Martín Redrado, en el gobierno de Cristina Kirchner hasta ahora, lo contemple la ley, nunca ocurrió.
Más allá de los formalismos de traspaso y asunción, otro tema político a resolver para el futuro gobierno es la convivencia entre los directores de la mesa chica de BCRA y cómo se manejarán con la política de las tasas y la emisión monetaria que, hasta ahora fue un verdadero grifo de reservas durante los últimos cuatro años.
La política de contracción del BCRA será clave para instrumentar el descenso inflacionario aunque como secuela del plan platita preelectoral ya que los economistas y analistas descuentan que únicamente por ese efecto de arrastre, en el primer bimestre del 2024 los precios treparían un 20%.
De hecho, el último REM, la encuesta de expectativas que realiza el BCRA en el mercado reveló que para todo el año próximo, al menos con la foto de hoy, los analistas y consultoras proyectan una inflación anual superior a la de este año; también en tres dígitos, pero cercana a 300%.
