El Congreso, la mesa política y la carrera 2023 agudizan aún más la tensión en JxC

La falta de un liderazgo inequívoco, la tensión latente por el 2023 y las esquirlas del cierre de listas y los resultados electorales, sumado a desinteligencias en las estrategias, sumergieron a Juntos por el Cambio a un replanteo de su esquema de poder.  

El último mes del año se vieron a viva voz esas diferencias: las ausencias en el Congreso, los alineamientos por la ley que modificó las reelecciones indefinidas, los legisladores funcionales al oficialismo, las acusaciones cruzadas y las propuestas a futuro encontraron un frente opositor lleno de interrogantes.

La aparición de los tres gobernadores radicales (el jujeño Gerardo Morales, el mendocino Rodolfo Suárez y el correntino Gustavo Valdés) esta semana firmando el Consenso Fiscal que impulsó la Casa Rosada –y que permite subir impuestos– ya fue una muestra. Solo Horacio Rodríguez Larreta decidió no sumarse. Y, aunque hubo un compromiso de que nadie de JxC aumente la presión impositiva, la foto en el Patio de las Palmeras de Balcarce 50 estuvo presente.

Si bien nadie quiere romper, al menos de manera explícita, las tensiones se incrementaron en diciembre. Quien sintetizó el ánimo generalizado fue Mauricio Macri, quien en una entrevista en El Sol de Mendoza, planteó abiertamente: “El que se equivoque y saque los pies del plato de Juntos por el Cambio, desaparece”.

10 bancadas de diputados integran el interbloque de Juntos por el Cambio, lo que agita las diferencias 

De eso hablaron esta semana en la plaza frente al Teatro Colón, al aire libre con más de 33 grados, Larreta y Patricia Bullrich en un encuentro con fiscales de la campaña porteña. La unidad fue el valor que ambos resaltaron sonrientes. En el PRO no sonríen cuando discrepan.  

Las escenas dentro de JxC este mes se multiplicaron y ayudan a comprender lo que está ocurriendo.  

Escena 1. El viernes 17 de diciembre pasadas las 19 el titular del bloque Evolución UCR, Rodrigo de Loredo, se anotició oficialmente por la Presidencia de la Cámara de Diputados que el martes habría sesión para debatir Bienes Personales. En ese momento comenzó a chatearle a los 11 integrantes de su bancada. Pero el Whatsapp de Gabriela Brouwer de Koning marcaba una sola tilde: jamás le había llegado el mensaje. El cordobés, del sector de Martín Lousteau y quien encabeza la bancada que se fue de la UCR “oficial”, empezó a preocuparse. La legisladora había tomado su vuelo a Miami ese mismo día para reencontrarse con su marido y sus dos hijos allí. En el avión no tenía Wi-Fi. Y su ausencia fue clave.

Pero en el PRO pasaba algo similar: un fuerte cruce en el chat de diputados, donde Álvaro González (quien viajó a Berlín para el casamiento de su hija Clara) acusó de “botonear” a los periodistas a varios legisladores. Los llamó “alcahuetes”, en referencia a aquellos que se referencian con los “halcones”.  

No solo eso. Las dos ausencias fueron motivo de una larga charla que se dio en la sede del PRO en la calle Balcarce, el lunes pasado, con toda la mesa nacional de Juntos por el Cambio. Patricia Bullrich pretendía sancionarlos. Perdió casi de manera unánime.

Segunda derrota interna para Bullrich: ya había perdido por mucho cuando intentó desplazar a Cristian Ritondo del bloque Frente PRO. “Hay que pasar de página”, sintetizó el senador formoseño de la UCR, Luis Naidenoff, al salir de ese encuentro con cara de pocos amigos.  

Escena 2. El interbloque de Senadores de JxC, que conduce Alfredo Cornejo, decidió la semana pasada no prestar quórum para que se trate la suba de impuestos que acompañaba el proyecto para incrementar el piso de Bienes Personales de $ 2 millones a $ 6 millones.  

Tras media hora sin lograr el quórum, antes de llegar a 40 minutos la senadora riojana, que ingresó de la mano de Cambiemos en 2019, Clara Vega se sentó en su banca y le permitió al oficialismo empezar la sesión. Si bien ya Cornejo junto a sus pares presentaron un amparo por considerar que se había violado el reglamento de la Cámara Alta, el dato cobra relevancia dado que la senadora Vega venía distanciada del frente opositor. Incluso, intentaron que se sume al interbloque de JxC y ella, tras coquetear, lo desechó.

Vega es la consecuencia de una pelea interna del radicalismo, con Morales a la cabeza, aliado con Bullrich contra el armado que inició Larreta con el apoyo de Macri. La interna de la interna. La senadora que quebró la estrategia de JxC reemplazó a la intendenta de La Rioja Capital, Inés Brizuela, y, con origen peronista, deambuló por la oposición aunque terminó en 2020 en un bloque federal más cercano a Cambiemos que al Frente de Todos.

La historia del frenético cierre de listas de este año cuenta que Bullrich intervino al candidato del PRO, Julio Sahad, quien terminó bajándose de su postulación para no dividir a JxC. Todo bajo el manto del acuerdo de la presidenta del PRO con el gobernador jujeño.  

Eso supuso una falta de acuerdo con el PJ no kirchnerista riojano que, además de generar un fuerte roce con la senadora Vega, también supuso que el diputado Felipe Álvarez, siempre cercano a JxC, no integre el interbloque PRO y que se haya quedado sin una candidatura provincial. Hasta Miguel Pichetto protestó por esta estrategia. La falta de contención de este sector fue una de las claves para el escándalo Vega. Quizás haya otros motivos más.  

Escena 3. El otro hito de diciembre fue la disputa por re- reelecciones de intendentes. Allí se vio cómo el radicalismo, en su mayoría, votó a favor, salvo el sector de Martín Lousteau (con pequeña participación) y, sobre todo, una división fuerte del PRO. Esas tensiones pusieron a los intendentes enfrentados con un sector de la mesa nacional del partido que fundara Macri.  

Macri se mostró en contra pero Bullrich, Larreta y Diego Santilli apoyaron el pedido de los intendentes de cambiar la ley para evitar la “trampa” que supone el pedido de licencia de dos años antes de terminar el segundo mandato.  

Pero aún más: esa discusión consolidó una pelea interna que llevó a que el jefe de la UCR bonaerense, Maximiliano Abad, continúe con su idea de dividir el bloque de JxC. Confiesa que está “harto” de las internas del PRO. A diferencia del Congreso, no existe la figura de “interbloque” en territorio bonaerense. Sería un extraordinario regalo navideño retrasado para Axel Kicillof si la bancada opositora se escinde.  

Con todo, los esfuerzos por la unidad siguen. El lunes pasado en la última reunión de la mesa nacional de JxC se intentó reordenar los espacios. Aunque también allí se vio la tensión: Macri salió por Zoom (se fue a Villa La Angostura para pasar las fiestas), María Eugenia Vidal no participó y Lousteau se fue antes, con cara adusta.  

20 integrantes tiene la nueva conformación de la mesa nacional de JxC

Claro, en el reordenamiento político había surgido la idea de “achicar” la mesa y que Lousteau y Vidal queden afuera. No prosperó.  

Paralelamente, se armó “otra mesa”, como las históricas mueblerías del PRO. Se trata de la mesa federal de partidos con representación parlamentaria nacional. No se hicieron nombres.

Pero tres de los grandes ganadores de las elecciones de este año esperan una silla en la conducción partidaria: Rogelio Frigerio de Entre Ríos y el cordobés Luis Juez (ambos con victorias de 54%) y la vicepresidenta del Senado, Carolina Losada, quien fue la gran sorpresa de las legislativas y ganó Santa Fe.  

Así, en febrero se espera un gran encuentro de legisladores nacionales en, justamente, Santa Fe y la constitución formal de la “mesa federal” a mitad de marzo en la Corrientes del radical Valdés. Los intentos para apaciguar los conflictos son cotidianos.

Los conflictos

1. Las ausencias de diputados propios en la sesión de Bienes Personales activaron reproches y cruces internos que mantienen los recelos entre los bloques que integran Juntos por el Cambio.

2. El quórum que aportó la senadora riojana Clara Vega en la última sesión, funcional a la estrategia oficialista, reavivió una interna en el frente opositor, que intentó volver a sumarla al bloque aunque sin éxito.  

3. La pelea bonaerense por la reelección de los intendentes marcó las diferencias en la UCR que votó a favor, con excepción  de Evolución y en el PRO, que registró una fuerte división.