El Consejo de la Magistratura celebró esta semana su primer plenario ordinario con la totalidad de su nueva conformación, pero volvió a mostrar las mismas limitaciones de la anterior: no hubo acuerdo y no se pudieron ni siquiera constituir las comisiones. Sin embargo, en el organismo ya están pensando en un “quinto elemento”, como la llave para destrabar el funcionamiento.
Con el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, a la cabeza, se esperaba que la reunión (transmitida online) apuntase a la definición de las cuatro comisiones que integran el cuerpo y sus autoridades, pero el trámite quedó a la mitad. Hubo unanimidad absoluta sobre cual será la representación estamental de esas comisiones, mas no sobre quiénes serán parte. Este es un tema clave para que el consejo de veinte miembros finalmente pueda andar.
Lo anterior se enmarca en la falta de acuerdo entre oficialismo y oposición, tal y como ocurrió con la composición anterior del consejo a la hora de discutir las ternas de los candidatos para cubrir vacantes en juzgados, tribunales y cámaras claves para la política, como lo es Comodoro Py.
En este apartado Rosatti, en su rol de titular del consejo, pidió a sus pares premura para la elección de los miembros de las comisiones. No obstante, se discutió una propuesta que fue acercada por varios consejeros desde la primera reunión de coordinación, realizada el 26 de mayo, hasta última hora del pasado miércoles.
La iniciativa plantea, bajo la derogada pero recién puesta en vigencia (por el fallo de la Corte del pasado mes de diciembre) norma del organismo, delegar a Rosatti la atribución en materia de asignación de denuncias contra magistrados y magistradas en un comité de asignación.
Esa comisión, denominada por los consejeros como “de giro’’, estará integrada por los y las presidentes/as y vicepresidentes/as de las comisiones de Acusación y Disciplina, que deberá ejercer su competencia semanalmente. Sin embargo, en caso de que los miembros de esa delegación no lleguen a una decisión mayoritaria durante el ejercicio de sus funciones, se sorteará un quinto consejero o consejera entre los restantes.
Este sería el preámbulo encargado de evaluar las causales de faltas disciplinarias, recusaciones o mal desempeño de jueces, camaristas y magistrados que puedan ser denunciados antes que la comisión de disciplina analice las sanciones que serán discutidas eventualmente en el plenario del consejo.
Otro punto del debate por el denominado “quinto elemento” se dio por si debería estar de forma permanente o rotativo durante tres o cuatro meses o sortearlo ante la falta de consenso en la comitiva.
Actualmente, el consejo tiene en análisis poco más de 220 expedientes contra jueces y magistrados acusados de mal desempeño, entre los que destacan Marta Yañez, quien entiende la causa por el hundimiento del submarino ARA San Juan; los camaristas Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia, cuyos traslados a ese tribunal de alzada fueron cuestionados y que la Corte Suprema determinó que la permanencia de ambos en esos cargos era transitoria; así como también varios miembros de la Cámara Federal de Casación Penal.
La conformación de la Comisión de Giro dependerá del resultado de la elección de las autoridades internas del Consejo. Por ahora los veinte miembros tienen esta semana para plantearse maneras de consensuar y así discutir la integración en un nuevo plenario de labor, a puertas cerradas, y que será el próximo jueves a las 9.
De la anuencia que se dé en ese encuentro de coordinación, el organismo estará en condiciones de votar las comisiones, esto podría ocurrir en dos semanas, donde también podría elegirse quién será el segundo de Rosatti en el organismo cuya nueva integración generó una batalla judicial en el fuero contencioso administrativo de la mano de Luis Juez y Germán Martínez para los dos últimos cargos ocupados por el senador oficialista Martín Doñate y la diputada radical Roxana Reyes.
