En el Salón de los Próceres, en el primer piso de la Casa Rosada, se cocinan estrategias discursivas y comunicacionales. A metros de allí trabajan algunos de los jóvenes del grupo de los autodenominados, en broma, “gordos tuiteros”. En rigor: son quienes diseñan mensajes e ideas en las redes sociales y que, con un celular, tienen la capacidad operativa de instalar temáticas para la “batalla cultural” que inició el espacio libertario. Pero no solo eso: también debaten con quien sea, desde empresarios a dirigentes políticos o periodistas. Quien los coordina es el asesor presidencial, Santiago Caputo, quien por estos días, entre otros temas, terminó de definir lo que será la épica del blanqueo, un relato sobre una de las iniciativas clave para el Gobierno de Javier Milei.
Según pudo reconstruir PERFIL, será una de las movidas comunicacionales novedosas en los próximos días: divulgar los alcances y beneficios de sumarse al blanqueo, que fue parte de la aprobada ley Bases en el capítulo fiscal, en el marco de una “oportunidad” para inversores.
El dispositivo comunicacional oficial combina desde voceros oficiales –desde Manuel Adorni, quien se ocupa específicamente del tema– pasando por funcionarios y legisladores que puedan dar cuenta de ello en medios de comunicación y redes sociales.
Pero además, por supuesto, las redes sociales, donde los libertarios han logrado copar con éxito la escena pública.
Conceptualmente el trabajo sobre el blanqueo se traza sobre tres pilares: la idea de que “el presidente Milei está armando país opuesto al que supimos tener”, según destacan fuentes oficiales.
En segundo lugar un Estado chico que “cobra menos impuestos” y en tercer lugar “devolverle a la sociedad lo que el Estado le sacó”. Tres motores del discurso que van unidos.
En este contexto, un documento informal que circula por los pasillos de Casa Rosada destaca tres ejes centrales para difundir. En primer lugar, la “garantía del éxito es la confianza en Javier Milei”.
En particular bajo cinco argumentos: la inflación en baja, la fuerte reducción del gasto público, la estabilidad jurídica, los superávit fiscal y financieros, y, acaso el mensaje central, la baja del impuesto a los Bienes Personales que conlleva el blanqueo.
Otro eje que plantea el documento es que “los cumplidores tienen premio”. En este sentido se argumentará que no habrá otro blanqueo hasta 2038. “Es momento de convertir tus ahorros en patrimonio”, se esboza en el informe.
El tercer eje apunta que es “una oportunidad única para invertir la plata que está debajo del colchón y ganar dinero en el intercambio”.
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Bajo este marco, se difundirá que aquellos que hayan cumplido con la declaración jurada de Bienes Personales entre 2020 y 2022 van a tener una reducción del 0,5% por año en las alícuotas de 2023 a 2025.
Y se divulgará que si se paga adelantado el tributo de los períodos entre 2023 y 2027 no van a tener incrementos en ese gravamen aunque aumente el patrimonio del contribuyente.
Parte de este discurso será lo que, hasta el propio Presidente, exaltará en sus próximas alocuciones con la idea de que el blanqueo sea un éxito económico de su gestión.
LT