El Grupo de Puebla y el Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (CLAJUD) lanzaron este domingo una campaña internacional en defensa de Cristina Fernández de Kirchner, luego de que se filtrara una conversación entre el senador Oscar Parrilli y el diputado Eduardo Valdés, en la que se hablaba de un inminente fallo de la Corte Suprema que confirmaría su condena en la causa Vialidad. Si se concreta, quedaría inhabilitada para ser candidata a diputada en la provincia de Buenos Aires y podría ser detenida.
A través de un comunicado conjunto, expresidentes, referentes progresistas y juristas latinoamericanos alertaron sobre una posible “afectación del derecho a la defensa y a la participación política” en caso de que se confirme una sentencia “viciada por la parcialidad y arbitrariedad del tribunal que la profirió” y motivada por una “clara persecución política”.
Sobre la llamada “causa Vialidad”, los firmantes afirman que fue impulsada por el gobierno de Mauricio Macri con fines políticos con el objetivo de condenar “a una persona inocente sin pruebas directas ni indiciarias”. Es calificada como una maniobra judicial sin pruebas directas, con peritajes forzados y vínculos entre los jueces y el expresidente. También advierten sobre una violación del principio que prohíbe juzgar a una persona dos veces por el mismo hecho (ne bis in ídem), y cuestionan el uso de teorías como la imputación objetiva, que buscan responsabilizar a Cristina por decisiones tomadas por funcionarios jerárquicamente inferiores.

El Grupo de Puebla, fundado por el chileno Marco Enríquez-Ominami, advierte: “Ningún tribunal, y mucho menos la Corte Suprema, puede guiarse por criterios políticos o ideológicos. De hacerlo, como puede suceder en este caso, se eliminaría la separación de poderes y el derecho a ser elegido”.
Sostienen, además, que “el objetivo de expulsar a CFK de la política obedece al miedo de determinados sectores a que ella ratifique su liderazgo en las urnas y siga protagonizando la vida política argentina”, replicando el mensaje que la dirigente compartió este jueves durante un acto en Corrientes.
Para finalizar, afirmaron que “la sentencia, caso de pronunciarse en el sentido publicado, no es solo contra CFK sino contra el peronismo en Argentina”.
Entre los firmantes figuran José Luis Rodríguez Zapatero, Rafael Correa, Ernesto Samper, Baltasar Garzón, Marco Enríquez-Ominami, Carol Proner, Eduardo Valdés, Oriol Junqueras, Andrés Arauz, Clara López, Irene Montero, Esperanza Martínez, Guillaume Long, Ricardo Patiño, Carlos Ominami, Camilo Lagos, Cecilia Nicolini, Aída García Naranjo, Harold Correa, Enrique Santiago, Juárez Tavares, Elizabeth Gómez Alcorta, Silvina Romano, Emilio Camacho, Virgilio Hernández, Damián Loreti, Gisel Ricobom, Charlott Back, Lina Mejía y, llamativamente, Alberto Fernández, expresidente de Argentina (2019–2023).
A pesar de que su relación con Cristina quedó rota públicamente, la presencia de Alberto Fernández en la lista llamó la atención. En agosto de 2024, ella escribió en redes: “Alberto Fernández no fue un buen presidente”, en respuesta a la denuncia por violencia de género que presentó la ex primera dama Fabiola Yáñez contra el exmandatario.
“Podrán meterme presa, pero no evitar que vuelva el pueblo”
Durante el acto en Paso de los Libres, Corrientes, donde se oficializó la candidatura a gobernador de Martín “Tincho” Ascúa, Cristina Kirchner se refirió a los recientes rumores sobre una posible acordada de la Corte Suprema que, este martes, podría confirmar la sentencia en su contra en la causa Vialidad. Allí, la exmandataria vinculó esa situación al reciente anuncio de su candidatura a diputada provincial por la Tercera Sección Electoral.

En su discurso, afirmó que desde entonces “comenzaron a pedir de todos lados que me metan presa, eso es lo que uno lee. No hay que enojarse, hay que estar atentos”. Además, denunció que “todo esto viene acompañado de editoriales que dicen ‘está acabada, acorralada’; pero si fuera así, ¿por qué no me dejan competir y me derrotan políticamente? Mirá cómo tiemblo, dale”.
Sobre ese escenario, cuestionó al poder económico hegemónico, al que calificó como “muy inteligente, mucho más que algunos dirigentes de nuestro propio espacio”.
Al terminar, lanzó una frase contundente: “Me quieren presa o muerta, pero nunca van a poder evitar que vuelva el pueblo, que tiene una identidad y una historia, porque hay una clase media que quiere vivir mejor”.
MVS