Enojados pero juntos, al menos por el momento. Esa es un poco la filosofía que impera dentro del bloque del radicalismo que comanda Rodrigo De Loredo y que desde su reunificación en diciembre ya se sabía que tenía muchos matices internos.
“Fue bastante intempestivo haber retirado una ley en la que solamente habíamos votado seis artículos, faltaba mucho para trabajar”, se quejó la diputada Karina Banfi, vicepresidenta del bloque. La molestia tiene que ver con los más de cuarenta días de trabajo invertido en el trabajo propio y en comisión, sumado a las tres jornadas de discusión en el recinto en general más todas las negociaciones y reuniones internas para lograr llegar a un punto de encuentro en el partido.
Esa circunstancia, sumada a la incorporación de diputados radicales a la “lista negra” elaborada por el presidente Javier Milei sobre los supuestos “traidores” que votaron en contra, atizó el malestar de los boina blanca, sobre todo cuando estaban dispuestos a dar algunos respaldos clave en áreas como las privatizaciones después de largas jornadas de idas y venidas. Como condimento, los radicales marcan además que la mayor parte del fracaso fue responsabilidad de La Libertad Avanza que no hizo el “poroteo” correspondiente para cada uno de los artículos en tratamiento.
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“No somos traidores”, remarcó la diputada Marcela Coli, oriunda de La Pampa, quien integró el grupo de cuatro radicales que no votó la delegación de facultades que exigía Milei para avanzar con su megaproyecto para dar “libertad a los argentinos”, de acuerdo al nombre del texto.
El voto en contra de los bonaerenses Facundo Manes y Pablo Juliano el viernes 2 de febrero en el tratamiento en general de la ley ómnibus no generó mayores sobresaltos en el bloque ante el enorme desafío que significaba la votación en particular tres días más tarde y que los requería con todas las energías concentradas allí.
Diputados de la UCR: el paraguas de la libertad y las "llamativas diferencias"
Sin embargo, el paraguas de la libertad de acción que se decidió a nivel partidario hizo que surgieran llamativas diferencias en artículos clave, con el voto negativo de 20 y un ausente sobre un total de 34 en el primer inciso del artículo 5 que le daba facultades al Ejecutivo para modificar la estructura administrativa del Estado. En esa lista estaban los diputados del espacio de Evolución como Carla Carrizo, Danya Tavela y Pablo Cervi, pero también de otros sectores como Fernando Carbajal y Marcela Coli, quienes también acompañaron a los más duros en el rechazo a las facultades delegadas.
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“Triunfó la verdad”, fue la primera reacción de un Manes que lógicamente se mostraba eufórico después de que cayera la sesión y consecuentemente quedara fuera de carrera el proyecto presidencial. En su caso, se trataba de una convicción que no se logró torcer más allá de la voluntad de De Loredo por homogeneizar lo más posible una bancada diversa.
Según contaron a PERFIL fuentes partidarias, el flamante jefe partidario Martín Lousteau siguió de cerca todo el debate en Diputados por dos motivos: por su rol institucional y también porque el asunto prometía ser tratado en las próximas semanas en el Senado, lo cual no llegó a suceder. “No dio o quitó libertad al bloque, porque los diputados representan a distintas provincias, historias y sectores, y además tienen un presidente de bloque”, señalaron desde el entorno del excandidato a jefe de Gobierno.
Uno de los puntos que estaban dispuestos a acompañar era el de la declaración de la educación como servicio esencial, que generó polémica en la discusión en general y es por eso que se evalúa presentar por separado un texto en ese sentido, se detalló.
LT
