Felisa Miceli fue echada como ministra de Economía hace cinco años, poco después de explotar el caso donde terminó condenada. Pero el Gobierno jamás expulsó a su última pareja, un hombre que también fue denunciado por episodios de corrupción, que está siendo investigado por la Justicia y que –a pesar de todo– mantiene un cargo importante en el Estado.
Es Ricardo “Pacha” Velasco, un funcionario kirchnerista que fue salpicado por la megacausa Skanska, tuvo un ruidoso paso por el Ente Nacional Regulador del Gas y hoy es director en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), organismo estatal que controla la caja millonaria de las cooperativas, bajo la órbita de la ministra de Desarrollo Social Alicia Kirchner.
Velasco tiene 62 años, milita en el peronismo desde la década del setenta y a fines de los noventa entabló una relación con Felisa, a quien conocía de aquellos años de militancia. Aunque su oficio es la carpintería, su especialidad central siempre fue la política, una cualidad que lo convirtió en un socio perfecto de la economista.
La influencia del “Pacha” en las decisiones de su mujer quedaron a la vista desde el comienzo. Apenas Felisa asumió como presidenta del Banco Nación –en junio del año 2003– lo contrató como su “asesor ad honorem” y le otorgó un despacho contiguo a su oficina. Al mismo tiempo, le confió el manejo del Fonder, un fondo millonario de créditos para microemprendimientos.
Allí, los dos recibieron su primera denuncia: la venta del frigorífico entrerriano Santa Elena al empresario Sergio Taselli, a un precio más barato que el mercado. El Nación cobró 3,5 millones de pesos, mientras que un peritaje lo valuó en más de 20 millones. Este año, el fiscal federal Germán Moldes pidió investigar el pago de una presunta coima a Velasco por esa operación.
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