La intervención que hizo el miércoles el embajador argentino ante la OEA, Carlos Raimundi, sobre la situación en Venezuela generó un fuerte rechazo opositor y una aclaración del propio gobierno de Alberto Fernández, que debió desautorizar su defensa al gobierno de Maduro a través del segundo de Felipe Solá en la Cancillería.
El diplomático que representa al país ante el organismo en Washington, desacreditó el miéroles el informe de la ONU sobre la situación del gobierno de Nicolás Maduro y señaló que el país caribeño “sufre un fuerte asedio internacional” y que existe “una apreciación sesgada desde el punto de vista político de lo que son las violaciones a los derechos humanos".
Pero, quién es el embajador que enfureció a la oposición e incomodó la posición albertista con respecto a Venezuela, en la que se mantiene en un delicado equilibrio. Raimundi saltó a la arena política nacional en plena fiebre alfonsinista, cuando llegó a presidir la Juventud Radical en 1985. Con la salida de la UCR del poder, logró una banca a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires.
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Como muchos de sus correligionarios, el Pacto de Olivos lo llevó a formar parte de la mesa fundadora del Frepaso, donde respondía la línea de Federico Storani. En 1995 volvió a la Cámara Baja pero esta vez elegido como parte de la alianza de José Octavio Bordón y Carlos Chacho Álvarez que perdió las elecciones con Carlos Menem. Su derrotero político tras la implosión del Frepaso siguió en el ARI de Elisa Carrió, con quien rompió en 2007 luego de fuertes disidencias internas con la dirigente.
El giro de Raimundi hacia el kirchnerismo se dio primero a través de Nuevo Encuentro, el espacio de Martín Sabbatella, con el que llegó a diputado bonaerense en los últimos cuatro años de la presidencia de Cristina Kirchner. En 2017, cuando la ex mandataria presentó su propia lista de diputados con el sello de Unidad Ciudadana, el dirigente figuró entre sus elegidos.
Raimundi siempre trató de mostrarse como una de las espadas de Cristina durante el macrismo. Así consiguió su silla de embajador en Washington. Sus declaraciones ante la OEA no sorprendieron ya que el diplomático representa al ala más dura del Gobierno sobre el tema Venezuela, encarnada por parte del kirchnerismo y que no condena a la administración de Maduro ante los organismos internacionales..
Desaire. El Gobierno tuvo que salir a cruzar a Raimundi. Desde la Cancillería que dirige Felipe Solá, el que habló fue el secretario de Relaciones Exteriores, Pablo Tettamanti. "No corresponde a la OEA tomar una decisión", dijo el funcionario en referencia al “informe Bachelet”, que en calidad de Alta Comisionada para los Derechos Humanos en la ONU registró al menos 2.000 muertes de jóvenes en "barrios marginados" a manos de las fuerzas de seguridad chavistas desde enero de este año.
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"Los informes de los derechos humanos están siendo considerados en estos momentos en la sede la ONU en Ginebra. Está previsto que las resoluciones del Consejo de Derechos Humanos se tomen entre el 5 y el 6 de octubre. La Argentina está trabajando activamente en el seguimiento de toda la agenda incluyendo las resoluciones que tienen que ver con estos informes, elevados uno por la Alta Comisionada y el otro por los expertos independientes", debió aclarar el vicecanciller.
Y sostuvo que "una vez más la posición argentina con respecto a la situación en Venezuela es seguir apoyando la necesidad de que se restablezcan plenamente las instituciones democráticas, tener en cuenta la situación de la población, su sufrimiento, que ha generado una importante emigración de venezolanos que son también síntoma de una causa y que esa causa hay que tratar de revertirla, y que la situación económica no puede ser agravada por acciones que se puedan tener desde países terceros".
Raimundi había dicho ante la OEA que "Venezuela ha sufrido un fuerte asedio internacional. Amenazas de intervención, operativos frustrados, reiterados cortes de energía a la central eléctrica. También es cierto que hay una situación de bloqueo a la renta de su principal recurso, el país que tiene más reservas de petróleo. Hay un bloqueo a sus riquezas en oro que están depositadas en Londres".
Y agregó que "primero se crean condiciones para que exista una situación de emergencia, después se acusa únicamente al gobierno por esa situación, y acto seguido se le pide que respete estándares en todos los niveles como si esa situación no existiera".
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Rechazos. Raimundi tuvo primero un fuerte rechazo de la oposición a Maduro. Por caso, la representante de Nicolás Guaidó en Buenos Aires, Elisa Trotta Gamus, se mostró “indignada”. Por su lado, desde Juntos por el Cambio hubo un fuerte repudio. Los diputados que integran las comisiones de Relaciones Exteriores y Culto y de Derechos Humanos, calificaron las declaraciones como “vergonzosas”.
El legislador Facundo Suárez Lastra, vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y autor del proyecto para exigir la votación positiva de Argentina, cuestionó las declaraciones de Raimundi: "El vergonzoso discurso expuesto por Raimundi y las declaraciones precedentes del canciller Solá sobre la problemática venezolana nos ponen en estado de alerta, no podemos permitir que la Argentina rechace o se abstenga en la votación de la prórroga. Esto sería un retroceso inaudito en nuestra tradición democrática y en defensa de los derechos humanos", sentenció.
