El pasado miércoles 5 de febrero no solo se anunció, de manera formal, la lista de las nuevas autoridades del PRO nacional. También, en esas horas, el diputado de Cambiemos Juan Aicega se fue a las 19.14, furioso, del chat de Whatsapp del bloque de diputados del PRO. “Me hubiera gustado enterarme por alguien de ustedes”, les dijo antes de irse. No volvió.
Aunque Aicega pertenece al núcleo de diputados que responden a Emilio Monzó – siempre críticos con la conducción macrista–, mostró la cara más dura del cierre de las nuevas autoridades del partido que fundó Mauricio Macri.
“El 90% tiene domicilio real en la Ciudad. Nos enteramos por un flyer en las redes sociales de quiénes ocupaban los cargos partidarios. Salvo los que estaban nombrados, nadie se enteró antes”, se ofusca uno de los legisladores provinciales que apuntaba a un cargo.
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En concreto, desde la Ciudad de Buenos Aires, están la flamante presidenta Patricia Bullrich, el secretario general Eduardo Macchiavelli (secretario de Ambiente porteño) y gran parte de los vocales (la diputada Carmen Polledo, el ex secretario general de la Presidencia Fernando de Andreis, la funcionaria porteña Karina Spalla y el ex ministro de Transporte Guillermo Dietrich, entre otros), así como otros que, si bien representan la provincia de Buenos Aires en el Congreso, viven en la Ciudad.
De hecho, la idea original era sumar dos representantes de cada una de las seis provincias donde Macri ganó en octubre de 2019. Sin embargo, no ocurrió: Entre Ríos (el senador Alfredo de Angeli), Mendoza (el diputado Omar de Marchi) y Córdoba (la senadora Laura Rodríguez Machado) tuvieron un representante solamente.
“Es el listado de la nueva escenografía: mostrar una presencia, pero hace falta ver si las personas de ese grupo tienen algún grado de participación en la toma real de decisiones o son meros actores de una charla en Parque Norte y solo se les informan decisiones que se tomaron en otro lado”, reflexiona uno de los dirigentes del PRO.
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En la Fundación Pensar, el think tank que mostró el macrismo, también hubo renovación “porteñizada”. Su nuevo titular es Franco Mocchia, ex ministro de Desarrollo Urbano porteño y quien asumirá en marzo en el directorio del Banco Ciudad. Se le suma Francisco Quintana, ex legislador porteño y actual miembro de la Magistratura porteña.
De esto se habló esta semana en un asado en el departamento del bloque del PRO, frente al Congreso sobre avenida Rivadavia, organizado el martes por la noche. Hubo muchas ausencias entre los legisladores. Algunos por temas personales. Otros porque directamente no quisieron participar y pusieron excusas con temas personales.
De todas formas, después del cierre de autoridades del PRO, Bullrich convocó a una reunión en la sede partidaria de la calle Balcarce. El objetivo: avanzar en el desarrollo territorial, una de las obsesiones de la ex ministra de Seguridad. El encuentro fue un variopinto de dirigentes. Además de Macchiavelli, quien se vino ocupando del territorio porteño, estuvieron los ex diputados Eduardo Amadeo (Provincia), Marcelo Weschler (La Rioja), Paula Bertol (ex OEA), la radical Silvana Giudici (ex Enacom) y el peronista Lucas Figueras (funcionario porteño), entre otros. Del Congreso estuvieron el senador Esteban Bullrich y los diputados Polledo y Ezequiel Fernández Langan. Bullrich intentará que varios de ellos conozcan lo que es el trabajo territorial.
Una ‘vaquita’ para la sede partidaria. Uno de los temas que ocuparon las reuniones que se vienen dando en el PRO nacional es cómo solventar los gastos, tanto del edificio partidario de la calle Balcarce al 400, como los futuros viajes que realicen los dirigentes que trabajarán como “facilitadores” en el interior del país. En ese marco, si bien el edificio fue comprado hace un año y medio, los cuatro pisos, que aún no volvieron a llenarse, conllevan un gasto mensual al igual que las actividades que se realicen. “Nadie quiere poner un mango, vamos a tener que volver al esquema de donaciones voluntarias”, cuenta a PERFIL una fuente partidaria. Eso implicará un “aporte” de los funcionarios porteños y legisladores nacionales. Mientras tanto, ya se trabaja en algún esquema de financiación similar a la de EE.UU.: aportes individuales de privados.