Después de dos semanas con el mercado cambiario al rojo vivo, el Gobierno apura el paso para conformar un programa monetario integral que esté acompañado por un plan fiscal sólido que permita recuperar la certidumbre, la confianza y actuar como “anclaje” de la inflación de cara a 2021.
Fuentes del gabinete económico resaltaron como punto esencial que esta estrategia ya se viene conversando con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y sería el esquema central para ir bajando la inflación en forma gradual.
El programa monetario, según admitieron fuentes gubernamentales, se basaría en fijar “metas cuantitativas” de emisión, tomando como base el M2, es decir el circulante más los depósitos, para establecer un índice equilibrado y evitar que se dispare el desborde monetario sobre el costo de vida.
“Esto va a ir acompañado de una política fiscal más estricta en cuanto al cumplimiento de los objetivos”, recalcó una fuente del equipo económico.
En concreto, la ecuación de las metas cuantitivas implica una importante reducción en la emisión monetaria, con una reducción del déficit fiscal en el próximo año de cerca de cuatro puntos del PBI, acompañado además por algún mecanismo que se viene hablando sobre un límite en cuanto a incrementos paritarios y precios de productos esenciales.
El oficialismo y el FMI trabajan sobre la hipótesis de una inflación del 29% en 2021
“No es un acuerdo grandilocuente de precios y salarios, sino más bien una coordinación, para evitar que esa menor emisión y reducción del déficit no se vea desbordada por presiones salariales o de precios de los productos”, recalcó la misma fuente.
Por el momento, el Gobierno sigue trabajando con el FMI en la hipótesis de una inflación del 29 por ciento para el próximo año. “Para poder cumplir ese nivel más bajo del costo de vida hay que desarrollar un plan monetario y fiscal absolutamente coordinado”, agregó otra fuente consultada.
Sobre este tema, Jorge Neyro, economista de la consultora ACM, enfatizó que “este sistema de metas cuantitativas de emisión ya se utilizó en la época que Alfonso Prat Gay y Martín Redrado estuvieron como presidentes del Banco Central y funcionó bien”.
“Yo creo que puede ayudar, puede funcionar, debe ir acompañado por una conducta fiscal muy sólida. Ahora, no se van a ver efectos inmediatos en cuanto a la inflación, porque justamente, en lo fiscal hay que tomar algunas decisiones que tienen costo económico y de precios como el ajuste de las tarifas”, agregó.
Bursatil. Además de esta iniciativa, en la urgencia de la coyuntura inmediata, el gabinete económico que conduce el ministro Martín Guzmán está delineando para las próximas horas anuncios sobre flexiblización en la operatoria de los tipos de cambios bursátiles.
El objetivo es eliminar o reducir notablemente lo que en la jerga del mercado se llama “parking”, el período por el cual un inversor debe esperar a vender los títulos para hacerse de divisas dentro de la operatoria del denominado “contado con liquidación”.
De esta manera, tal como lo anticipó el ministro Guzmán el último viernes en el Coloquio de IDEA, se busca tener menores regulaciones en ese mercado, ampliarlo, con lo cual le quitará presión a ese valor y de esa manera promoverá un descenso y una mayor estabilidad en la plaza cambiaria.
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El equipo económico también apuesta al éxito de las últimas medidas anunciadas para promover el ahorro en pesos con exenciones tributarias a través del proyecto de ley enviado al Congreso.
“En línea con los objetivos que nos planteamos en diciembre de 2019 de reconstruir el mercado de capitales en pesos, ayer dimos un nuevo paso: enviamos al Congreso de la Nación un proyecto de ley para incentivar el ahorro y el financiamiento en moneda local”, expresó Guzmán en su cuenta de Twitter.
El funcionario agregó que “se busca nivelar la carga tributaria de los activos en pesos con cláusulas de ajuste respecto a los que tienen renta fija. Mientras se trabaja en resolver la problemática inflacionaria, es importante ofrecer a la gente y a las empresas, instrumentos que protejan sus ahorros”.
