"Si no ampliamos UNEN, quedamos afuera de todo, al ballotage van (Daniel) Scioli y (Sergio) Massa y listo, el PJ se queda con todo el poder. ¿O te pensás que en el Congreso no van a arreglar?". La frase se la dijo a Perfil.com un senador de la UCR que hasta último momento intentó que el espacio que integra el centenario partido negocie con otros sectores para sumar votos.
Si se considera esta declaración, la estrategia electoral de Elisa Carrió, que hoy anunció su salida del Frente Amplio - UNEN, no parece tan desacertada. La diputada nacional aspiraba a un “gran acuerdo no-peronista” a nivel nacional que incluyera al PRO de Mauricio Macri, pero no a Sergio Massa. Y sus deseos chocaban contra los del radicalismo.
Aunque “Lilita” llegó al Congreso de la mano de la UCR en 1995, el partido nacional y Carrió nunca se sintieron cómodos juntos. La cumbre de San Fernando del lunes dejó en claro que los radicales creen que deben liderar el espacio. El documento no dice en ningún lado que no habrá nuevas alianzas a nivel nacional, aunque muchos dirigentes hayan buscado instalar esa idea.
La decisión de abandonar el espacio no tomó por sorpresa a la UCR, aunque algunos esperaban, inocentemente, que lo haga sin disparar para todos lados. Varios referentes aprovecharon la ocasión para salir a responderle y sumar “puntos fáciles”. Fue el caso de Humberto Tumini, de Libres del Sur, que no tiene tanto poder en la alianza como sus declaraciones pretenden demostrar.
Carrió se llamó al silencio todo lo que pudo. Y un día, en el mundo de la diputada, es pedir demasiado. Desde temprano, destapó la olla en Vorterix al avisar que se iba: "Yo no me suicido", fue una de las tantas frases que soltó.
En TN, directamente, se le salió la cadena. De Pino dijo que "es un progre falso", acusó a los radicales de "matar al partido por plata" y le pidió a Hermes Binner "explicar el narcotráfico". Ah, no se olvidó de Cobos: "Que se arregle. Está con el Gobierno o está atado por la efedrina", disparó.
A pesar de la catarata de acusaciones que lanzó, la diputada sólo está enfrentada con la conducción de UNEN a nivel nacional. En la Ciudad de Buenos Aires, sus candidatos son Martín Lousteau y Fernando Sánchez, quienes también tienen el respaldo del radicalismo porteño. Todos los jueves, esa fórmula realiza encuentros con vecinos en distintos puntos de la Capital. “Esto es política, acá está todo 10 puntos a pesar de los cruces”, graficó un hombre del riñón del exministro de Economía.
Cruzar la General Paz. "La necesidad electoral en las provincias es muy distinta a la de Capital Federal". La frase, repetida, es válida para el Frente Amplio, especialmente lejos de Buenos Aires. En el interior, y lejos de los estudios de TV, cada dirigente apela al pragmatismo para el armado de poder y busca sacar provecho de la falta de candidatos propios de Massa y Macri.
Ejemplos sobran: Gerardo Morales se alió con el Frente Renovador en Jujuy para derrotar a Eduardo Fellner. Lo mismo hizo José Cano en Tucumán para vencer a quien José Alperovich elija como sucesor. El senador inclusive no le cerró la puerta al PRO allí: “Tenemos una muy buena relación y pasa por ellos si quieren o no entrar”, contó Cano en una ocasión a este portal. En la otra vereda, Mario Cimadevilla (Chubut) irá junto al macrismo para derrotar a Mario Das Neves, el candidato de Massa. Lo mismo para Oscar Aguad en Córdoba. Morales, Cano, Cimadevilla y Aguad son radicales.
Quedan algunas preguntas por responder que no podrán ser resueltas por análisis políticos esta semana, sino que dependen de un factor: el tiempo. Carrió desfilará por los medios para instalar a sus candidatos en la Ciudad y los radicales harán una nueva convención para delinear los pasos a seguir. El problema es que tiempo no sobra: 2015 está más cerca de lo que creen.
(*) De la redacción de Perfil.com.