Alberto Fernández quiere y pide tiempo. Asegura que va a pagar la deuda, pero para hacerlo necesita que la economía comience a recuperarse. Con un diagnóstico crítico que él mismo le anticipó a los enviados del Fondo Monetario Internacional (FMI) antes de asumir, que Martín Guzmán mostró ante la titular del organismo, Kristalina Georgieva y que la nueva misión que de-sembarcará en la Argentina esta semana va a poder comprobar, el Presidente aspira a que los plazos de pago se estiren sin el desembolso de capital ni intereses.
Los roles en la renegociación de la deuda están bien definidos: Fernández continuará al frente de la tarea política de seguir convenciendo a sus pares mientras el ministro de Economía se abocará a lo técnico.
Lejos quedaron los eslóganes de campaña que decían que la deuda con el FMI y los acreedores no importaban como sí interesaban los jubilados y sectores más vulnerables. Fernández concentró todos los esfuerzos en la reestructuración para después poder atender a quienes les habló antes de asumir. Esta semana seguirá de cerca y preparará con Martín Guzmán su presentación ante el Congreso, pero también estará disponible en caso de que los enviados del organismo internacional requieran una audiencia con el Presidente.
En plena campaña electoral. los enviados del organismo ya le habían pedido encuentros a los que el entonces candidato accedió. Acostumbrado a no tener intermediarios en sus vínculos con distintos sectores, desde aquel momento, Fernández había quedado en diálogo directo con Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI. Hasta ahora, al Presidente no se le pidió un encuentro, pero una vez más, estará dispuesto a hacerlo.
“Lo que pido no es exorbitante, mi mensaje es: voy a pagar la deuda, pero dénme tiempo para reconstruir la economía”, dijo el Presidente en una entrevista al diario francés Le Monde.
Por ahora, del diálogo con Estados Unidos se encargan el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz y el embajador argentino en este país, Jorge Argüello. Fernández está convencido de que el apoyo que consiguió en Europa se replicará con Estados Unidos. Los cuatro países que Fernández visitó (Italia, Francia, España y Alemania) tienen en total el 14,29% de los votos en el FMI mientras que Estados Unidos por sí solo posee el 16,52%. El canciller Felipe Solá aseguró ayer que “Estados Unidos no va a ir en contra de la decisión general” de otros países de apoyar a la Argentina en las negociaciones con el FMI. El Presidente asegura que ya el 80% del arreglo con este organismo está hecho.
El miércoles, Guzmán dará detalles de la renegociación en el Congreso. Es otra manera de marcar diferencias con Mauricio Macri. “Vamos a dar la cara sin tener la obligación y venimos de un Presidente que se endeudó e hizo todos los acuerdos sin pasar por el Congreso y de manera unilateral”, dicen en el primer piso de la Casa Rosada.