El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, parece haberse convertido en el nuevo vocero económico, luego de muchos meses de estricto silencio tras el “desliz” en redes sobre sus opiniones acerca de la vicepresidenta Cristina Kirchner, que demoró su asunción y nombramiento.
Ayer, Rubinstein aseguró que el dólar subió porque ganó Milei, y defendió la difusión de un IPC semanal que él mismo, mediante un tuit, ya había comunicado el viernes pasado.
El número dos de Massa afirmó, al tratar de explicar por qué el dólar blue subió y cotiza a $ 730, que “el triunfo de Milei fue un shock que generó temores sobre qué haría si fuera gobierno”.
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En cuanto al dólar oficial, el secretario de Política Económica ratificó que “la decisión es tenerlo hasta el 15 de noviembre fijo e iniciar luego un moderado crawling peg a la espera de lo que haga el nuevo gobierno”.
Además, defendió la publicación semanal del índice de inflación, una decisión que genera interrogantes en el mercado y reaviva temores sobre la manipulación de datos oficiales.
Con un costo de vida que se disparó al 12,4% en agosto, y subas en alimentos que superan el 16%, el secretario de Política Económica fue enfático al defender la decisión de comunicar el dato de aumentos de precios de forma semanal, en lugar de una vez por mes, como hizo históricamente el Indec.
“El Indec no participa en lo más mínimo”, aclaró el funcionario, quien cuando era consultor privado lanzó críticas muy duras al kirchnerismo por “manipular las estadísticas del organismo”.
Rubinstein explicó que se decidió dar a conocer el índice de manera semanal porque “algunos hablan de hiperinflación o que la inflación va a ser del 10% mensual de aquí en adelante”, pero desde el Ministerio tienen “elementos para pensar que no es así”.
No obstante, las consultoras privadas que brindan información al Banco Central estimaron que el costo de vida de septiembre será del 12%.
“El resultado de las PASO fue un shock para el mercado por el triunfo de Milei. El 23 de octubre se verá si los resultados de las elecciones afectan o no la situación política, entonces ahí puede haber algún movimiento en los dólares marginales”, arriesgó Rubinstein.
Sin embargo, se escucharon otras voces que no parecen coincidir con esta posición.
El economista Jorge Vasconcelos, de la Fundación Mediterránea, afirmó que “el próximo gobierno no solo va a tener una herencia pesada, sino que va a entrar con mucha basura debajo de la alfombra, que es la inflación reprimida por todos lados”.
El economista de la Fundación, que elaboró el plan que prevé implementar Patricia Bullrich si llega a la presidencia, agregó: “Estamos asistiendo a una campaña electoral muy irresponsable en términos de promesas o de anuncios”.
Resaltó que “la campaña está metiendo mucha irresponsabilidad, mucho cortoplacismo y el riesgo de decepción de la población cuando vea que el ‘plan platita’ dura tres semanas o la dolarización no se pueda hacer, o que ni siquiera a las apuradas signifique sueldos en dólares”. Además, el economista aclaró que buscar el equilibrio presupuestario “no se trata de ajuste fiscal, sino de responsabilidad fiscal”.
Sobre las remarcaciones, advirtió que “la tendencia es muy fuerte” y que no hay ningún motivo por el cual se pueda frenar de aquí a fin de año”.
La disparada del 12,4% de la inflación en agosto fue impulsada sobre todo por el alza de alimentos y bebidas, pero también por la escalada récord del transporte de carga, que sufrió un incremento del 20,3% respecto de julio, lo que representa la variación de precios más alta en 21 años.
El presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), Roberto Guarnieri, afirmó que “nunca vivió algo igual” y que “este contexto nos pega mal, porque nos agarra en un momento en que venimos tambaleando desde ya hace muchos años después de la pandemia, la falta de combustibles y la sequía”.
