La empresa que maneja el juego de azar en el hipódromo tiene como accionistas al empresario Federico de Achával y a Casino Club, misma firma que maneja el Casino de Puerto Madero, y que pertenece a uno de los allegados íntimos del ex presidente, Cristóbal López.
La concesión del negocio de tragamonedas tenía como plazo de finalización el año 2017. Es curioso cómo a pesar de no estar ni cerca de ese año, Kirchner decide extender el plazo hasta 2032 explicando en los considerandos que “la firma Hipódromo de Palermo SA ha efectuado una serie de consideraciones, entre ellas, el escaso tiempo restante para la finalización de la concesión otorgada, todo lo cual le impediría amortizar y/o recuperar las pérdidas sufridas, la inversión efectuada y la necesaria a realizar” y que por lo tanto “solicitó la ampliación de la concesión a un plazo de 15 años a contar desde el vencimiento del originalmente conferido”, es decir el año 2017.
En el decreto, el ex presidente pide a la empresa “incrementar el parque de máquinas electrónicas, atento las necesidades del mercado lúdico”, pero más allá de tener un tono de intimación hacia la empresa, la medida no sólo aumentará la cantidad de tragamonedas, sino también las ganancias de los empresarios del juego.
Actualmente en el hipódromo hay unas 3.000 máquinas. A partir del decreto K, ese número ascendería a 4.500, un negocio redondo para Cristóbal López.
Los ex empleados del Casino Flotante de Puerto Madero conocen muy bien al empresario Cristóbal López. Saben que es cercano a los Kirchner, que ha armado una fortuna desde los años 90 y que nadie lo conoce en persona. No saben dónde vive, ni desde qué lugar maneja sus empresas. Sólo conocen una foto de él. El delegado gremial del sindicato de juegos de azar (Aleara), Pablo Zeballos –uno de los despedidos–, dice que “nunca vio a López, a pesar de ser el accionista mayoritario del casino flotante”
—¿Conociste a Cristóbal López?
—Nunca tuvo contacto con nosotros. Manda a sus gerentes de confianza. Lo conocemos por un foto que circula en los medios, por eso se lo llamó muchas veces el “ Yabrán de Kirchner”.
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