Con la mira puesta en evitar el ballottage, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, encaró el tramo final de su campaña con dos máximas: nunca abandonar la gestión como eje del discurso y la estrategia, y mostrarse con sus aliados radicales, socialistas y peronistas.
En el comando de campaña porteño pasaron los últimos quince días intentando relativizar la posibilidad de que Larreta gane en primera vuelta –necesita el 50% de los votos para alcanzarlo– para no generar una idea de derrota si no llega. Lo cierto es que el jefe comunal jugó todas sus fichas a poder revertir el resultado en las dos únicas comunas que perdió y reforzar el voto “útil” en aquellas donde mejor le fue.
Las dos de peor performance fueron la 4 y la 8. La primera incluye La Boca y Barracas; la segunda Villa Lugano y Soldati. El peso, en estos dos casos, de las elecciones en las villas fue decisiva: en la mayoría de ellas perdió, en algunos casos por escándalo, como en el Barrio 31 donde fueron más de 40 puntos de diferencia con su principal contrincante. Por ello, tras las PASO le pidió al candidato a vicejefe porteño, Diego Santilli, que coordine una mesa territorial peronista. Esta pasó el último mes reforzando la militancia territorial en el sur de la Ciudad. “(Fernando) Espinoza tiene que envidiarlos”, les dijo Larreta, en alusión al cacique de La Matanza, en una de las reuniones reservadas, según pudo reconstruir PERFIL.
Con todo, en el búnker larretista afirman que las marchas del “Sí se puede” podrían haberlos beneficiado en el tramo final de la campaña. En particular, no tanto por la imagen del presidente Mauricio Macri en la Ciudad –que está por debajo de la del jefe de Gobierno– sino por la imagen negativa que tiene el kirchnerismo en este territorio.
Por ello también fue la aparición fuerte de Martín Lousteau, candidato a senador con el apoyo de la UCR, para sumar votos del corredor central, por avenida Rivadavia, en los barrios que históricamente han votado al progresismo.
Hoy los candidatos de Juntos por el Cambio de la Ciudad compartirán un desayuno en el tradicional Café Tortoni a las 8 de la mañana. Se trata ya de un clásico del oficialismo porteño, desde que Mauricio Macri era jefe de Gobierno. En el desayuno estarán presentes, además de Larreta y Santilli, Lousteau, Guadalupe Tagliaferri (candidata a senadora), Maximiliano Ferraro (lilito y candidato a diputado nacional), el peronista Diego García Vilas (cabeza de legisladores porteños y hombre de confianza de Graciela Ocaña) y Ana María Bou Pérez, la ministra de Salud porteña y candidata a legisladora.