Luego de desestimar en segunda instancia la denuncia del fiscal Alberto Nisman, el camarista Jorge Ballestero fue escrachado en un restaurante del Club Mayling de Pilar y terminó a los gritos con los comensales.
El magistrado había asistido al lugar para compartir una cena con su mujer, Adriana, y dos amigos, el viernes último por la noche. Al ingresar el grupo a la casa de comidas, los presentes comenzaron a murmurar. A los pocos minutos, algunos comensales subieron el volumen de las protestas. Entonces, la mujer del juez lo convenció de que se retirara. Pero Ballestero no quiso quedarse callado y volvió.
“¿Esto era por mí? ¿Y ustedes quiénes son para cuestionarme?”, lanzó el juez, según la versión que publica el diario Clarín. Los gritos volvieron a invadir la calma del Club Mayling de Pilar. "Vendiste el país por unos pesos", le reprocharon. El magistrado luego ensayó una respuesta y dijo que no les tiene que dar explicaciones de nada porque él habla en sus dictámenes.
Al parecer, la mala experiencia le quedó marcada al magistrado, que canceló también su asistencia al mismo club el día domingo, donde tenía previsto jugar al Golf, informó el mismo medio.
Ballestero forma parte de la Sala I de la Cámara federal que la semana pasada desestimó en segunda instancia la denuncia por encubrimiento a Irán que el fiscal Nisman había presentado cuatro días antes de morir. El juez argumentó en su dictamen que la presentación carecía de delito.