El expediente D’Alessio tiene otra derivación escandalosa. El juez federal Alejo Ramos Padilla descubrió que la red de inteligencia clandestina que integró el falso abogado y extorsionador, junto al menos dos ex policías bonaerenses (Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi) a quienes detuvo, también consiguieron datos y movimientos personales de María Eugenia Vidal.
De esa información ya tenía sospechas la Gobernadora y sus funcionarios de mayor confianza: por ello, hace algo más de un año, reclamaron al Gobierno nacional que cerrara con sigilo todas las mini bases de inteligencia que con el apoyo de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) se habían abierto en el Conurbano, con el supuesto propósito de contribuir a la lucha antinarco.
Vidal ahora planteó ante el propio Mauricio Macri su queja y enojo por estas tareas de espionaje irregular de ex miembros de la Bonaerense que trabajaban orgánica e inorgánicamente para la AFI.
Como resulta previsible, los máximos responsables de la AFI, el amigo presidencial Gustavo Arribas y su segunda, Silvia Majdalani, negaron estar al tanto de estas operaciones irregulares. En pocos días, Arribas deberá explicar ante la Comisión Bicameral de Seguimiento de los organismos de Inteligencia el rol de la AFI en el expediente D’Alessio, donde ya expuso el juez Ramos Padilla. El jefe de la AFI desmentirá todo.
Sin embargo, Diario PERFIL revela este domingo en exclusiva los datos detallados que muestran quiénes, cómo, dónde y cuándo fueron espiados Vidal y otros personajes de la política, la justicia, el empresariado y el periodismo.
De semejante entramado viscoso actuaron (¿y lo siguen haciendo?) altos ex jefes de la Policía Bonaerense, varios de ellos con legajos oficiales de la AFI, adonde fueron “reciclados” como servicios tras ser retirados o exonerados de la fuerza policial provincial.
Otro escándalo vinculado al descontrol de los “servicios” que nadie sabe a ciencia cierta hacia dónde y quiénes puede derivar e involucrar.
