En una sesión que se caracteriza por la escalada de gritos e improperios de todo tipo, el diputado de Unión Peronista Felipe Solá rechazó el memorándum de entendimiento entre Argentina e Irán por la causa AMIA y cargó contra la defensa que hiciera el canciller Héctor Timerman en la reunión mantenida ayer con tres comisiones de Diputados sobre el acuerdo que se vota por estas horas.
Solá adelantó su voto negativo y cuestionó el contenido del memorando, en particular por el limitado alcance que tiene en relación a los acusados.
“¿Sirve para una indagatoria? No. ¿Para detenerlos? No. ¿Para qué?”, preguntó Solá, durante una alocución a todo volumen.
“¿Qué tiene que ver la indagatoria con esta estupidez que nos quieren hacer votar?”, increpó, notoriamente crispado. “¿¡Dos años de franela para esto?!”, se quejó el legislador, en referencia al tiempo de negociaciones entre ambos países, previo a la firma del acuerdo, reveladas por Diario PERFIL.
En esa línea, el diputado descartó que pueda haber avances con la posible creación de la Comisión de la Verdad, contemplada en el memorando. “Es difícil que tengan un acuerdo. Es difícil que el chancho vuele”, evaluó.
“Esta es una comisión de revisión, pseudojudicial, a la que nosotros le damos un carácter judicial al aprobarla”, argumentó. “Declaramos como ley supranacional, a una comisión de NN”, cuestionó el dirigente peronista.
“Déjenme de jorobar. ¿Cuál es la importancia de esto?”, reiteró el diputado, en un plano rechazo al acuerdo.
Contra el canciller. Llevado por una encendida postura, Solá cuestionó la presentación del ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, ante tres comisiones de Diputados, en la que pidió que se apruebe el acuerdo.
“El señor Timerman se hace el ofendido para evadir el tema, como los jugadores de fútbol. Es un arquero flojito de manos”, comparó el legislador.
“Timerman ni siquiera se anima a hablar de lo que no sabe”, acusó el diputado, al tiempo que espetó: “No sabe hablar y tiene que leer”. El peronista no pudo más y lanzó la frase más resonante de su alocución. “Tiene que leer, y además, lee como el culo”, gritó, ante la sorpresa de la sala.
