“Manden gestos porque si no, los va a arrastrar Patricia Bullrich a la locura”, dijo el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Sus interlocutores eran el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la ex gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal. La conversación fue vía Zoom el lunes pasado y se trató de una de las charlas que el oficialismo encaró en estos días con quienes llaman “opositores responsables y racionales”. El objetivo del Gobierno es retomar el discurso de una Argentina unida en donde la grieta es dejada de lado o, por lo menos, solo alimentada por el ala más dura de Juntos por el Cambio.
“Volvió la política a Olivos”, dijo esta semana un funcionario que había visto cómo en los últimos meses el aislamiento físico del presidente Alberto Fernández se había convertido también en una cuarentena alejada del armado político. Los chats se reactivaron el fin de semana después del comunicado de Juntos por el Cambio en el que calificó de “gravedad institucional” el crimen de Fabián Gutiérrez, ex secretario de Cristina Kirchner.
Fernández entendió que tenía que recuperar el diálogo que supo tener con los sectores opositores y destacar aún más el buen vínculo con Larreta. Por eso, habilitó a Massa y a otros dirigentes como el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, para restablecer el diálogo. Un dato que destacan en la Casa Rosada: los jefes distritales opositores Jorge Macri (Vicente López) y Néstor Grindetti (Lanús) habían sido invitados a la quinta de Olivos el día que ellos dispongan y eligieron mostrarse con el Presidente en la misma fecha que Mauricio Macri hacía su reaparición pública.
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En el Gobierno creen que Fernández debe continuar mostrando estos gestos con la oposición, algo que también entendió el Presidente. Por eso, el miércoles después de la videoconferencia con los gobernadores, acordaron con Massa también avanzar en un encuentro con los jefes de bloques opositores. La última vez que se vieron las caras fue el 18 de marzo, horas antes del Decreto de Necesidad y Urgencia por el que se estableció el aislamiento. Ahora está en discusión si esta nueva reunión debe ser en Olivos o vía teleconferencia.
Otro de los armados políticos que retomará Fernández es el de los gobernadores. La pandemia dejó de lado los vínculos con los jefes provinciales propios a los que les había prometido un “país más federal”. Por eso, además de la videoconferencia del miércoles, los sumó al acto por el Día de la Independencia e incluyó en los primeros planes de la gestión post pandemia.
También Fernández contendrá a los propios funcionarios que veían en los últimos gestos de Fernández un presidente alejado de la construcción política necesaria para gobernar. En el Gabinete se habían empezado a escuchar voces de preocupación en este sentido.
