FinCEN Files revela el papel de los bancos globales en el lavado de dinero a escala industrial, y el derramamiento de sangre y el sufrimiento que fluyen a su paso.
Basándose en informes secretos de inteligencia financiera, la investigación global revela cómo las ansias de lucro de los bancos superan sus obligaciones legales para detener el dinero sucio y cómo un sistema de ejecución fallido liderado por Estados Unidos perpetúa la normalidad.
Un análisis de datos realizado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) encontró que los bancos procesaron transacciones de manera rutinaria sin conocer la fuente o el destino final del dinero, a menudo hacia y desde compañías fantasmas radicadas en jurisdicciones secretas, en transacciones con posibles vínculos con el lavado de dinero y la corrupción. El análisis también encontró retrasos desde el momento en que se realiza una transacción sospechosa hasta la presentación de un reporte de actividad sospechosa por parte de los bancos.
Los documentos filtrados, conocidos como FinCEN Files, incluyen más de 2.100 informes de actividades sospechosas, o SAR (por sus siglas en inglés), presentados por bancos y otras entidades financieras ante la Unidad de Inteligencia Financiera del Tesoro de los Estados Unidos. La agencia, conocida en forma abreviada como FinCEN, es una unidad de inteligencia en el corazón del sistema global para combatir el lavado de dinero.
La colaboración global exploró más de US$2 billones de transacciones realizadas entre 1999 y 2017 que habían sido señaladas como sospechosas, en más de 2.100 informes enviados por casi 90 instituciones financieras.
La mayoría de los SARs analizados (98%) se presentaron entre 2011 y 2017. La filtración también contiene hojas de cálculo de transacciones e informes de FinCEN, lo que eleva el tamaño a unos 2.600 documentos.
FinCEN Files representa menos del 0,0 2% de los más de 12 millones de informes de actividades sospechosas que las instituciones financieras presentaron entre 2011 y 2017.
Según BuzzFeed News, algunos de los registros se recopilaron como parte de las investigaciones del Congreso de Estados Unidos sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016; otros se reunieron a raíz de las solicitudes a la FinCEN por parte de las fuerzas del orden.
BuzzFeed News obtuvo los registros y los compartió con ICIJ y periodistas de 108 organizaciones de noticias en 88 países para utilizarlos como base de una investigación de 16 meses sobre el lavado de dinero y el papel que juegan los bancos de marca.
Llegaron los datos y también los desafíos
Los informes de actividades sospechosas en los archivos de FinCEN son un revoltijo de informes que reflejan las preocupaciones privadas de los oficiales de cumplimiento de lavado de dinero de los bancos globales.
Los SARs incluyen una narrativa junto con hojas de cálculo adjuntas de, a veces, cientos de líneas de datos de transacciones sin procesar.
Los informes son de diversa calidad: algunos son muy detallados y describen transacciones que, según los bancos, tienen todas las características del lavado de dinero. A otros les falta información vital y reflejan una falta de conocimiento por parte de los propios bancos sobre los miles de millones de dólares que están moviendo para clientes de alto riesgo y para otras instituciones financieras.
Algunos registros son simplemente hojas de cálculo llenas de nombres de partes, nombres de bancos, cifras y fechas, que en los archivos de FinCEN no se adjuntan a la narrativa que proporcionaría una razón para su inclusión.
Por ejemplo, en los archivos de FinCEN, los oficiales de cumplimiento a veces dejan en blanco el espacio destinado a la dirección principal del sujeto o la empresa bajo sospecha. El campo de dirección para más de una quinta parte de los informes incluye al menos uno o más de los sujetos marcados, tanto personas físicas como empresas fantasmas, sin número de calle, ciudad o incluso país, que se supone que deben estar designados con dos caracteres a través de un código.
En los casos en los que se incluyó una dirección, más de la mitad de los SARs de los archivos de FinCEN incluían el código de país incorrecto, según encontró ICIJ. Por ejemplo, en ocasiones una dirección en China tendría asignado el código de país "CH", que en realidad corresponde a Suiza.
Un informe del Inspector General del Departamento del Tesoro de 2018 encontró "inconsistencias en la forma en que los contribuyentes informan ciertos campos de datos críticos, como el nombre o la dirección de la institución".
La revisión del informe de 39 campos de datos críticos en más de 1,75 millones de SARs y documentos relacionados presentados entre mayo de 2013 y abril de 2014, encontró uno o más "errores de calidad de datos", incluida la omisión de direcciones y otros campos de datos críticos que se dejaron en blanco, en el 33,5% por ciento de las presentaciones. El informe también reportó que no había ningún mecanismo establecido para garantizar que los errores en los SAR fueran corregidos.
La mayoría de las descripciones de los SARs de FinCEN no incluían hojas de cálculo adjuntas que contenían datos a nivel de transacciones. Pero dado que las narrativas a menudo contenían detalles clave sobre los flujos de dinero, ICIJ, BuzzFeed News y los socios de los medios exploraron las aproximadamente 3 millones de palabras de los informes como parte del análisis.
Buscando números y texto
El análisis de ICIJ encontró que en la mitad de los informes los bancos no tenían información sobre una o más entidades detrás de las transacciones. En más de 680 informes de FinCEN Files, las instituciones financieras solicitaron más información sobre las entidades y en más de 160 ocasiones los bancos no respondieron. Algunos bancos o sucursales en países como Suiza citaron las leyes de secreto local en sus jurisdicciones para negar la información.
ICIJ también encontró que los bancos procesaban regularmente transacciones para empresas registradas en las llamadas jurisdicciones secretas y lo hacían sin conocer al propietario final de la cuenta. En más de 620 de los informes, los bancos señalaron el uso de jurisdicciones de “alto riesgo” al menos una vez. Los titulares de cuentas corporativas solían proporcionar direcciones en el Reino Unido, Estados Unidos, Chipre, Hong Kong, Emiratos Árabes Unidos, Rusia y Suiza. Al menos el 20% de los informes mencionaba a un cliente con una dirección en uno de los paraísos financieros extraterritoriales más importantes del mundo: Islas Vírgenes Británicas.
Las 982 presentaciones del Deutsche Bank representaron el 62% del monto total en transacciones sospechosas en la filtración. Los archivos de FinCEN también contienen una gran cantidad de archivos de Bank of New York Mellon, Standard Chartered, JP Morgan Chase, Barclays y HSBC.
El análisis del ICIJ reveló un lapso de tiempo medio de 166 días -casi medio año- desde el momento en que se realizaron las transacciones hasta que el sujeto obligado (banco, entidad financiera) lo informó a FinCEN.
En los Estados Unidos, las normas federales exigen que las instituciones financieras informen sobre transacciones sospechosas en la mayoría de los casos dentro de los 30 días posteriores a su detección.
El análisis encontró algunos casos en los que los bancos presentaron informes en respuesta a publicaciones periodísticas (incluida la investigación de los Papeles de Panamá de 2016 de ICIJ) o presentaciones legales judiciales que involucran a sus clientes mucho después del hecho de las transacciones.
ICIJ también encontró transacciones sospechosas vinculadas a más de 20 empresas e individuos señalados por los bancos que estaban relacionados a casos de corrupción, fraude, malversación o evasión de sanciones.
El análisis encontró que la sospecha de operaciones de lavado de dinero era la razón más común para presentar un reporte ante la FinCEN. Otras razones fueron la sospecha de fraude, una categoría denominada “instrumentos financieros (contratos monetarios)” y la sospecha de la denominada estructuración, una serie de transacciones calculadas para evitar señales de alerta.
Un esfuerzo global para hurgar dentro de los datos
Después de eliminar duplicados, estandarizar los nombres de los bancos y otros pasos preliminares, ICIJ realizó un análisis textual para identificar oraciones en las narrativas que podrían indicar la presencia de una empresa fantasma o aquella de la que el banco no conocía al propietario final. ICIJ utilizó los lenguajes de programación SQL y Python para el análisis.
ICIJ, BuzzFeed News y sus socios probaron más de una forma de programación en un intento de extraer detalles de las más de 8.000 páginas de narrativas de forma automática (todavía se hacía mucho a mano). Al principio, el socio de ICIJ, SVT, utilizó tecnología de inteligencia artificial como Machine Learning, para analizar los registros y obtener un primer conjunto de datos transaccionales. Las variaciones en el lenguaje y la complejidad de los informes impidieron la captura de algunos detalles clave.
Al final, ICIJ y sus socios realizaron un gigantesco esfuerzo de extracción de datos: durante más de un año, un subgrupo de 85 periodistas en 30 países revisaron y extrajeron información de transacciones de informes de actividades sospechosas y la ingresaron manualmente en archivos de Excel, que luego se cargaron en la plataforma de comunicaciones de ICIJ, conocida por sus miembros como el Global iHub. El esfuerzo resultó en 55.000 registros de datos estructurados e incluyó detalles sobre más de 200.000 transacciones marcadas por los bancos en los SARs.
Una vez completada la extracción, ICIJ revisó cada extracción tres veces.
Solo la verificación de hechos tomó siete meses. Utilizando el marco web Django, ICIJ construyó su propia herramienta de verificación de hechos que resaltaba la información extraída por cada reportero, lo que permitía a los colegas marcar errores y realizar un seguimiento de las ediciones durante todo el proceso.
ICIJ llevó a cabo extensas sesiones de capacitación para socios sobre el uso de las tecnologías para la investigación y sesiones de revisión de seguimiento para comprender mejor los datos. Además de las comunicaciones mediante el Ihub, también hubo conferencias telefónicas seguras para coordinar la compleja tarea realizada.
A través de este esfuerzo masivo, ICIJ pudo encontrar detalles que de otro modo habrían permanecido ocultos, como más de US$9.300 millones en transacciones sospechosas reportadas que involucran a la empresa comercializadora de oro Kaloti. Más de una cuarta parte de la cantidad total de transacciones sospechosas revisadas como parte de la investigación de los FinCEN Files estaban relacionadas con el oro.
Registros Públicos
ICIJ también encontró otras grandes discrepancias. Por ejemplo, se descubrió en los FinCEN Files que aparecían más de US$4.500 millones que fluían a través de cuentas de empresas que son LLP (Sociedad de Responsabilidad Limitada). Esta cifra corresponde a más de lo que estas empresas informan en sus estados financieros como ingresos a la Companies House, el registrador de empresas del Reino Unido, criticado durante mucho tiempo por permitir que las corporaciones se registren con propietarios secretos.
Además, ICIJ utilizó información del Registro Venezolano de Contratistas y bases de datos de los registros públicos Sayari y Vendata para identificar más de US$4.800 millones en transacciones sospechosas reportadas y vinculadas a Venezuela entre 2009 y 2017. Casi el 70% incluía una entidad del gobierno venezolano, como el Ministerio de Finanzas, como parte de la transacción del dinero.
Conectando los puntos
Por último, ICIJ utilizó bases de datos de gráficos (Neo4J y Linkurious) para visualizar y explorar las 400 hojas de cálculo de FinCEN Files que contienen datos sobre 100.000 transacciones. Estas fueron algunas de las muchas herramientas para ayudar a reconstruir la imagen matizada de un sistema roto.
Contributors: Miriam Pensack, Pierre Romera, Jeremy Singer-Vine, John Templon
Global data collaboration contributors: Kenzi Abou-Sabe, Krishna Acharya, Rickard Andersson, Roman Anin, Agustin Armendariz, Peter Babutzky, Jeremie Baruch, Helena Bengtsson, Paolo Biondani, Jacob Borg, Lars Bové, Simon Bowers, Andrea Cardenas, Claire Caruana, Miriam Castillo, Daniela Castro, Sasha Chavkin, Mario Christodoulou, Kristof Clerix, Anthony Cormier, Jelena Cosic, Xavier Counasse, Gaby De Groot, Emilia Díaz-Struck, Lara Dihmis, Irina Dolinina, Philipp Eckstein, Marcus Engert, Jesus Escudero, Miguel Fiandor Gutierrez, Kaspar Fink, Mariel Fitz Patrick, Will Fitzgibbon, Azeen Ghorayshi, Kyra Gurney, Günter Hack, John Hansen, Richard Holmes, Karol Ilagan, Maia Jastreblansky, Karlijn Kuijpers, Ville Juutilainen, Karrie Kehoe, Jiyoon Kim, Minna Knus-Galán, Anouk Kootstra, Bernt Koschuh, Ulla Kramar-Schmid, Tomohiro Kubota, Andrew Lehren, Boyoung Lim, Lee Long Hui, Norihisa Makino, Alesya Marohovskaya, Stefan Melichar, Carmen Molina Acosta, Gretchen Morgenson, Michael Nikbakhsh, Toshihiro Okuyama, Marco Oved, Andras Petho, Scott Pham, Petra Pichler, Kit Ramgopal, Aidila Razak, Delphine Reuter, Michael Sallah, Yasuomi Sawa, Nina Selbo Torset, Karina Shedrofsky, Roman Shleynov, Olesya Shmagun, Emily Siegel, Jeremy Singer-Vine, Fredrik Stalnacke, Jan Strozyk, John Templon, Rory Tinman, Mago Torres, Yukiko Toyoda, Maxime Vaudano, Mika Velikovskiy, Tom Warren, Margot Williams, Amy Wilson-Chapman, Spencer Woodman, Shyamlal Yadav, Blanka Zoldi