Mauricio Macri arribó ayer por primera vez como presidente a tierras bien conocidas por su padre, Franco, en materia de negocios y acuerdos bilaterales, pero con una visión particular: mientras la gran mayoría de los empresarios argentinos ven el inagotable mercado chino como una oportunidad para expandir sus operaciones e incrementar sus ventas, Franco Macri siempre apostó a la relación inversa, es decir, al interés de los chinos por expandirse en América Latina.
“Consejero Senior de la República China para sus inversiones en Latam”. Así es como se presenta en su cuenta de Twitter el padre del mandatario, red social desde la que no deja pasar la oportunidad para promocionar sus alianzas con los grandes grupos asiáticos. Por caso, uno de sus principales proyectos por estos días es la limpieza del Riachuelo, negocio que no prosperó durante el gobierno de Cristina Kirchner, al que le presentó la propuesta asociado a la china CHEC, que la presentó como la responsable de “haber depurado el río Perla de Shanghai”. A apenas una semana de asumido Macri (hijo), Franco volvió a la carga con su oferta descripta en varios tuits el 18 de diciembre último.
Frustraciones. Aunque no pierde las esperanzas en este improbable plan, los negocios con China que muchas veces lucieron tan prósperos le significaron algunas frustraciones. La fallida apuesta al mercado automotor con la china Chery en la planta de Uruguay, que tuvo que cerrar en mayo del año pasado tras meses sin operar, es una de ellas.
Pero tal vez la más dolorosa fue la pérdida del negocio del Belgrano Cargas. Tras años de gestiones y negociaciones, Macri padre logró en 2010 la firma de un jugoso contrato por la reconstrucción del ferrocarril a cargo de la china CMEC, que implicaba financiamiento chino por US$ 10 mil millones para el tren y comisiones para él de US$ 400 millones. Pero el negocio nunca avanzó, los fondos no se desembolsaron y el negocio se terminó de caer en 2014, a instancias del entonces ministro de Transporte, Florencio Randazzo.
El Belgrano Cargas. Hace apenas dos meses, el propio Franco Macri relató su versión de la historia en su página web, bajo el título “La verdad sobre el Belgrano Cargas”.
En ese texto, el empresario y padre del Presidente dice que “el anterior gobierno instaló un relato en el que se le hizo creer a la gente que los negocios que hice con ellos me hicieron ganar mucho dinero. Quiero aclarar que en noviembre de 2008, el gobierno nacional firmó un contrato con Citic (China International Trust and Investment Corporation) por la venta de coches subterráneos. Esa firma fue el primer contrato de la década entre Argentina y China y el único negocio que concreté en los años del gobierno de los Kirchner”. Se trata de la compra de 279 vagones de subte que suscribió la ex presidenta Cristina Kirchner por US$ 653 millones y que fue, en su momento, denunciada por sobreprecios por dirigentes de la Coalición Cívica-ARI, el partido de Elisa Carrió.