“Ganar por mucho” es la consigna que repiten los funcionarios nacionales. No solo tiene que ver con consolidar el triunfo de 2019 frente a Juntos por el Cambio, sino también con que un resultado amplio servirá para moderar los cruces internos, contener las críticas del propio oficialismo a la gestión y estirar la pelea de liderazgos dentro del Frente de Todos hacia 2023.
Alberto Fernández logró imponer a Victoria Tolosa Paz como primera candidata a diputada del Frente de Todos por la provincia de Buenos Aires y ahora necesita demostrar que su estrategia funciona. Aunque la mayoría de los casilleros que van desde el segundo de la nómina (Daniel Gollan) hacia abajo responden al kirchnerismo, la boleta hubiese sido distinta si solo se hubiese completado con la lapicera de este sector que terminó aceptando la resistencia del jefe de Estado de entregar otros nombres. La pregunta que se hacen ahora en el entorno presidencial es cuánto le podrá costar la firmeza con la que se plantó en el armado de listas.
Y ante la posibilidad de una arremetida K, los hombres de mayor confianza de Fernández repiten que la elección en la Provincia se debe “ganar por mucho”. ¿Cuánto es mucho? Los números no serán los de 2019 pero después de meses de pandemia y crisis económica explican que una victoria de cinco puntos en el territorio bonaerense apenas le dará alivio a una alianza convulsionada y para lograr una tregua real hablan de seis o siete puntos de diferencia frente al sello de Juntos.
“Ahora hay que bancar. Si el resultado es justo, agarrate”, advierte a PERFIL un funcionario albertista. ¿Cómo jugará el kirchnerismo en esta elección? Aunque con distinto objetivo, el espacio que lidera CFK también apuesta a sacar la más amplia diferencia. No hay un clima como el previo a las elecciones internas de 2015 cuando La Cámpora casi no hizo campaña por Daniel Scioli. La noche del cierre de listas fueron los jóvenes de esta agrupación los que llenaron de pintadas callejeras con los nombres “Tolosa Paz-Gollan”.
Si la elección en la Provincia se pierde (algo que descartan todos los sectores del FdT) o se gana por poco, el Presidente quedará en la mira. Si pueden celebrar una amplia victoria, Fernández y Kirchner se adjudicarán el triunfo. ¿Qué temen los dirigentes que responden al jefe de Estado? Que el gabinete vuelva a quedar en la mira y desde el Congreso se imponga una agenda que no es la que pretende el Ejecutivo. El Presidente planea sus propios cambios pero el kirchnerismo también quiere movimientos más allá de los que ya advierte Fernández.
“Hablan de los palos en la rueda que le pone el kirchnerismo a la gestión y si repasan los desaciertos los principales enemigos del gobierno de Fernández son él y sus amigos a los que les dio cargo”, responden desde el Congreso.
En el cierre de listas, Cristina Kirchner y su hijo Máximo Kirchner presionaron hasta el final. Pero en el territorio que comandan apelaron al pragmatismo para finalmente mostrar que la unidad conseguida en 2019 sigue intacta.
La Pampa es la provincia en la que nació el pragmatismo K. A fines de 2018, cuando el peronismo estaba dividido, este territorio fue en el que Cristina Kirchner decidió dejar atrás años de disputas internas y construyó el primer acuerdo de unidad que llevó a formar la alianza presidencial de 2019.
En aquel entonces muchos dirigentes apostaban a construir Alternativa Federal con la cual vencer al macrismo sin tener que acordar con una Cristina Kirchner que señalaban como una fuerza marginal. Pero la actual vicepresidenta había decidido jugar fuerte y para lograr un futuro triunfo comenzó a sellar acuerdos provinciales con jefes territoriales con los que meses antes estaba enemistada.
¿Qué temen los albertistas? Que el gabinete vuelva a quedar en la mira y el Congreso le imponga su agenda
Es así como el acuerdo en La Pampa con Carlos Verna fue la primera muestra de pragmatismo del kirchnerismo. La vicepresidenta entendió que con ella sola no alcanzaba y las alianzas se expandieron a San Juan, Santa Fe y otros territorios. Para mayo de 2019 no había dudas de que una tercera vía quedaba descartada y el peronismo llegaría unido a la elección con la candidatura de Alberto Fernández.
“La construcción de la lista de Santa Fe tiene esta misma lógica del primer acuerdo pragmático con el peronismo pampeano que inauguramos hace dos años y medio. Si ya la Doctora (en referencia CFK) perdonó y pudo avanzar en acuerdos, nadie puede más que ella hablar por ella”, dicen en el círculo más íntimo de la familia Kirchner sobre la alianza en Santa Fe con el gobernador Omar Perotti.
“No es la lista de Perotti, es la lista del Frente de Todos que tiene una composición accionaria lógica de acuerdo a los espacios santafesinos”, agregan. Cristina Kirchner lo dejó claro con una foto con los candidatos. Fue un mensaje a los votantes K pero también a Agustín Rossi.
¿Cuántos votos puede obtener el ministro de Defensa con renuncia presentada sin el apoyo de la fórmula presidencial? Uno de los dirigentes porteños que más conoce a Fernández lo graficó esta semana en la Casa Rosada de la siguiente manera: “Cuando en 2015 sonaban Daniel Filmus, Juan Cabandié y Mariano Recalde como candidatos para la Jefatura de Gobierno todos medían entre uno y tres puntos. Bastó que Cristina Kirchner se mostrara con Recalde y diga que era su candidato para hacerlo subir a 20”.
Con este acuerdo en Santa Fe en el FdT esperan finalmente ganar la elección en uno de los dos territorios (el otro es Entre Ríos) que gobiernan en donde pueden tener una elección difícil. Por eso las miradas se vuelven a posar en la provincia de Buenos Aires en donde se juega también la unidad de la alianza.