Criticó, de manera incansable, los nombramientos de parientes de funcionarios en los tres poderes. Fue muy dura con el peronismo, y en particular, con el kirchnerismo, por la llegada de parientes al Gobierno nacional. Pero la política no es lineal. Y un día ella misma también se sumó al largo lote de dirigentes políticos que aprovechan el poder para sumar familiares a los gobiernos.
Es el caso de Graciela Ocaña, la diputada nacional por la Provincia de Buenos Aires, quien le propuso a Horacio Rodríguez Larreta que sume al Ejecutivo de la Ciudad a su pareja, Juan Amado.
Se trata de un hombre que siempre mantuvo un bajísimo perfil, a diferencia de Ocaña, y que, según dijeron en el entorno de la “Hormiguita”, no habría pasado por el Estado con un cargo público previamente.
“No tiene ninguna incompatibilidad”, dijo Ocaña sobre la designación de su marido
Amado, con quien se casó en 2011, trabajó en la fundación que había armado ella años atrás. “Quiere volcar su experiencia para el desarrollo del sur de la Ciudad”, explicó la diputada nacional a PERFIL. “No tiene ninguna incompatibilidad”, agregó.
En ese marco, en los próximos días se publicará en el Boletín Oficial porteño la designación de Amado como flamante director de la Corporación Sur, una sociedad del Estado que se ocupa de la administración del Parque Roca y de la Villa Olímpica, entre otros, y que además tiene como misión desarrollar el sur de la Ciudad.
Imputaron a Graciela Ocaña por presunto enriquecimiento ilícito
En la era macrista se ocupaba también de la urbanización de villas pero ese trabajo lo fue delegando, poco a poco, en el Instituto de la Vivienda que preside el joven ascendente Juan Ignacio Maquieyra.