Guillermo Nielsen es uno de los economistas más cercanos a Alberto Fernández. Autodefinido liberal y encargado de negociar la deuda con el FMI en épocas de Néstor Kirchner, Nielsen tiene diferencias de política económica con el exministro de Economía Axel Kicillof.
En uno de los tramos de la entrevista que le concedió al CEO de PERFIL Network, Jorge Fontevecchia, Nielsen definió a Kicillof como un "marxista disfrazado de keynesiano".
—¿Qué te diferencia a vos de Kicillof? No solamente en este punto, desde el punto de vista económico.
—No. No me parece, vos estás llevando la cuestión personal. Yo discuto políticas. Yo discuto acciones de gobierno.
—¿Qué te diferencia a vos en la concepción?
—No, yo no discuto personas. No discuto personas, no me meto en la familia, no quiero que se metan con mi familia, ¿entendés?
—Sí, yo no te estoy preguntando nada de eso, te estoy preguntando...
—(se ríe) No, no, pero te doy como pautas...
—Te estoy preguntando desde el punto de vista económico, si vos pudieras transmitir de manera sintética, la diferencia entre la mirada económica de Kicillof, y la mirada económica que tenés vos, y que uno puede inferir, tiene Alberto Fernández.
—No, mirá, si querés hacer una diferencia, va por tu cuenta y riesgo.
El reportaje a Guillermo Nielsen generó ruido en la formula K
—Te iba a preguntar también, no sólo de Kicillof, qué te diferencia de Lavagna, es decir, no es un tema personal, quiero tratar que la audiencia que no es experta en economía pueda entender a través de comparaciones.
—Mirá, yo tengo una formación profesional liberal. Tengo también... yo salí de la Universidad de Buenos Aires, y en la Universidad he tenido grandes profesores marxistas. Me he leído, y he estudiado, teorías de valor de Marx, o sea,desde ese punto de vista, te quiero decir, que la formación que recibimos en la Universidad de Buenos Aires, los que nos recibimos alrededor de los años 73/74, realmente fue muy fuerte, desde el punto de vista marxista. Yo entiendo de marxismo. O en algún lugar de mi biblioteca está el marxismo. Pero la verdad que me encontré con que no me servía, para lo que a mí me interesaba, que era hacer política económica. Te hablo desde mi experiencia de vida. Y me vino muy bien, cuando, me fui a estudiar a Estados Unidos, a Boston University, que era una escuela más bien desarrollista. No eran liberales, en el momento que yo fui, era una escuela desarrollista.
—Vos estuviste en BIU...
—BIU, Boston University, sí. Era una BIU desarrollista, pero...
—¿La BIU era la que es de la iglesia..
—No.
—..o la otra, la Boston College?
—Boston College. Boston tiene de todo, todo tipo de universidades. ¿No es cierto? No, después, el primer año, había una fuerte influencia desarrollista, te diría, y de teoría pura neoclásica. Y en el segundo año hubo una avalancha fuerte de Chicago, con el monetarismo. Con el monetarismo, con las expectativas racionales.
—Bueno, los fines de los 70....
—Es la victoria intelectual de Chicago.
—O sea, vos lo que decís, es que vos tenes una formación ecléctica.
—Sí.
—Una parte del marxismo, una parte del monetarismo, conviven en vos y te hacen esto de ser el liberal para los peronistas, el peronista para los liberales.
—Mirá, no sé si es eso, pero, en todo caso, yo tengo ese diálogo abierto con personas distintas.
—En eso te pareces a Lavagna, a quien los radicales creen radical, los peronistas creen peronistas...
—(Se ríe) No. No.
—Y quería preguntarte...
—Roberto es ante todo, un tiempista, como economista estoy hablando, Roberto economista es un tiempista brillante y es un tipo que es muy hábil para ver los contextos. Ahora, cuando bajás a política económica, él es más peronista ortodoxo que liberal. Entonces, pero bueno. De todas maneras, yo tenía que lidiar con lo más liberal de la relación de Argentina con el mundo, que son los mercados de capitales, y ese fue mi error.
—O sea, que en este mapa, ¿vos lo colocás a Kicillof dónde?
—Kicillof es marxista. Kicillof es marxista disfrazado de keynesiano.
—Lo colocas a Lavagna como peronista, más intervensionista, más keynesiano, menos disfrazado, sino más verdaderamente...
—No, no, nada que ver. Ideológicamente nada que ver. Lavagna es línea nacional, es peronista y es socialdemócrata, por ponerlo en términos simples.
—Socialdemócratas también podrían asumir una parte del keynesianismo, ¿no?
—Sí.
—Y luego, vos te colocás más liberal...
—Sí, un poquito más corrido a la derecha.
—Muy bien, y decís al mismo tiempo que Alberto Fernández se parece económicamente en su visión más a vos.
—No seas estricto con eso, yo lo que te quiero decir es que tenemos coincidencias en cuanto a lo que hay que resolver.
—Te pregunto así: ¿La mirada económica de Alberto Fernández es más parecida a la tuya que a la de Lavagna? ¿O a la de Lavagna que a la tuya?
—Mirá. Yo quiero pensar que es más parecida a la mía. Ahora, él también viene de una formación, de una visión. Él es abogado. Él no es economista. Pero vos sabés que los abogados, ejercieron...
—Sí, sí. Derecho comercial, por lo que tienen una formación...
—Sí y han tenido una exposición a la cosa económica. Alberto en todo caso es un tipo abierto, y ante todo, es muy consciente de los problemas que tenemos que resolver, que la Argentina tiene que resolver. Entonces, eso en sí mismo es el gran motor, y va a ser el gran diseñador de las políticas económicas.
—¿Hay diferencias entre la visión económica del peronismo y del kirchnerismo?
—Sí. Sí.
—Vos mencionabas recién Roberto Lavagna es nacional...
—Sí, sí. Hay matices bastantes fuertes, ¿no es cierto?
—¿Cómo se lo podrías explicar al lego en economía?
—Mirá, te lo explico. El problema de la izquierda en Argentina, el problema estructural de la izquierda, y el gran desafio de la izquierda fue llegar a las masas. Las masas siempre fueron peronistas y la izquierda siempre tuvo, como lo demuestra las encuestas electorales, siempre tuvo una, un segmento, una franja muy pequeña, muy pequeña del electorado y muy grande intelectualmente, muy fuerte en las universidades, pero a nivel de masas, absolutamente inoperante. Entonces, se da, con la vuelta de Perón y los preparativos, digamos, la presidencia de Lanusse, estoy hablando, de aquellos años de una efervescencia política muy grande que sectores de izquierda se plantean hacerle el entrismo al peronismo. O sea, la izquierda entendió que si quería cumplir con su objetivo de llegar a las masas, tenía que ir al peronismo. Eso era el entrismo, no eran peronistas, eran zurdos. Pero los zurdos agarraron un pedazo grande de todo esto, y acá se mezclan cosas. En la genética política es distinta, ¿no es cierto? Había grupos católicos, como fue Montoneros, concretamente, que básicamente eran grupos católicos, y había grupos de izquierda, distintos matices de la izquierda, una izquierda violenta que se encontraba con los montos, en resolver por las armas, las diferencias políticas con el Gobierno. Eso es el entrismo. El entrismo fue muy fuerte en Argentina. Muy fuerte. Concretamente, viste, Montoneros, la Guerra Sucia, todo lo que pasó. Tuvo un pre requisito intelectual que se dio sobre todo en las universidades y también en los sindicatos: Agustin Tosco en Córdoba. En fin, Sitrac-Sitram. O sea, vos tuviste una izquierda muy activa peleándole lugares al peronismo, o en otros casos, disfrazándose de peronistas, pero explicando de que eran peronistas, pero que había que hacer la lucha de clases, etcétera, etcétera, alejados de la doctrina peronista.
—Y eso mantiene hasta hoy.
—Yo creo que sí.