Los jefes de Montoneros que lograron sobrevivir continúan negándose a admitir públicamente que mataron a José Ignacio Rucci, el sindicalista que era la mano derecha del general Juan Perón en la CGT, el 25 de septiembre de 1973, un hecho que ya ha sido reconocido por la propia esposa de Mario Firmenich, María Elpidia Martínez Agüero, “La negrita”.
“Fue una operación que no se debió haber hecho, más allá de que era un burócrata que negociaba”, dijo la esposa de Firmenich en 2002. A partir de ese error original, la línea política de Montoneros se desbarrancó, según María Elpidia Martínez Agüero. “Desde la operación a Rucci yo sentía que había alguna pifiada nuestra, que teníamos que modificar la estrategia, pero la dinámica eran tan rápida que la vorágine no te dejaba pensar”.
Se refería al enfrentamiento con Perón, una línea que su marido y el resto de la Conducción Nacional de Montoneros eligió desde que se negaron a desarmarse, a abandonar el fusil, cuando la dictadura del general Alejandro Lanusse dejó paso al gobierno constitucional de Héctor Cámpora, una figura ahora muy reivindicada por quienes se postulan como los herederos de aquella “juventud maravillosa” pero a cuyo gobierno Montoneros contribuyó bastante a desangrar.
Precisamente, el atentado contra Rucci fue la máxima expresión de ese enfrentamiento de Perón; un “apriete” para que el fundador del peronismo los tuviera en cuenta en el reparto del poder y del gobierno.
María Elpidia Martínez Agüero, una cordobesa que estuvo presa entre mediados de 1976 y diciembre de 1981, hizo esas declaraciones en Barcelona, donde vive con su familia, para una tesis en Periodismo de Laura Sali, titulada: “María Firmenich, montonera. La historia”; están reproducidas en el libro “Firmenich”, una biografía escrita por los periodistas Felipe Celesia y Pablo Waisberg.
La esposa de Firmenich también figura en el listado de testigos que el juez Ariel Lijo llamará a declarar, en esta nueva etapa de la investigación judicial. Firmenich y sus compañeros siguen empeñados en negar lo que todos saben: la autoría de esa emboscada. El problema para ellos es que el kirchnerismo ya no luce tan fuerte como antes: en un país tan ciclotímico, el futuro puede ser siempre peor.
*Editor ejecutivo de revista Fortuna y autor de "Operación Traviata".