Nadie puede garantizar, por ejemplo, ningún viso de mayoría para el proyecto de radiodifusión. Ahora, al cansancio físico de Alberto Fernández y a las repetidas alusiones a “un natural cambio de ciclo”, se sumaron datos de mayor voltaje aún. El kirchnerismo más duro –encabezado por Julio De Vido, Carlos Zannini y Oscar Parrilli– suma su empeño en ese sentido, junto a una liga de gobernadores, a cuyo frente se ubica al chubutense Mario Das Neves. Entre estos últimos se promueve para el cargo a uno de sus pares: el chaqueño Jorge Capitanich, con quien la presidenta Cristina Kirchner compartió un acto en la noche del mismo jueves. Se refirió a él como “mi querido Coqui”, tal como lo llaman en la intimidad al gobernador.
La jefatura de Gabinete no es el único puesto prácticamente vacante para el necesario refresh, que ya nadie niega. El Ministerio de Economía y la Cancillería se ubican en un escalón inmediatamente posterior. Los relevos del casi inexistente Carlos Fernández y de Jorge Taiana, sin embargo, dependen de quién reemplace a Alberto F. Y todos, del rol que pase a desempeñar el omnipresente Néstor Kirchner.
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