Faltan pocos días para que termine la presidencia de Cristina de Kirchner y comience la de Mauricio Macri y todavía no se pusieron de acuerdo: ¿Dónde será la entrega del mando? ¿Irá Cristina a la jura? ¿Hasta qué momento es presidenta de la Nación? ¿Qué dicen la tradición y las leyes al respecto? Lo único que se sabe es que las costumbres y las normas casi no existen cuando se trata de un país donde muy pocas veces un presidente constitucional cedió el mando a otro presidente constitucional.
De los 54 hombres y mujeres que ocuparon el Sillón de Rivadavia, fue Sarmiento (1868-1874) el primer presidente que asumió en una ceremonia parecida a la que se acostumbra hoy. El 12 de octubre de 1868 recibió el bastón de mando y la banda celeste y blanca como símbolos del Poder Ejecutivo pero a la jornada le faltó elegancia. Cientos de ciudadanos entusiastas entraron por la fuerza a la Casa de Gobierno (que aún no tenía la forma actual) y coparon balcones, patios, salones, rompieron ventanas y treparon a todo tipo de muebles para presenciar el traspaso. “Jamás se ha presentado espectáculo más innoble y vergonzoso”, se lamentó Sarmiento.
¿Por qué un bastón y una banda? El bastón es una analogía del cetro de los monarcas europeos y las varas de mando que los virreyes y alcaldes coloniales utilizaron simbólicamente hasta la primera década del siglo XIX en nuestro territorio. Varios museos, como el del Bicentenario, conservan algunos de esos bastones, algunos de ellos verdaderas obras maestras de la orfebrería. La banda presidencial, mientras tanto, está inspirada en la banda de la Orden de Carlos III que lucen los reyes españoles desde 1771, con los colores de la Bandera argentina y un sol dorado en el centro.
Desde Sarmiento, cada nuevo presidente argentino, al asumir su cargo, recibe de su predecesor estas prendas, que no son transmitidas -ya que la presidencia no es un poder hereditario-, sino obsequiadas al nuevo mandatario como símbolo de su poder. En el caso del presidente Illia, que asumió en 1963, recibió el bastón que habían usado el juez Roque Julián Sáenz Peña (en 1870, en calidad de miembro de la Corte Suprema), su hijo el presidente Luis Sáenz peña (en 1892), y su nieto el también presidente Roque Sáenz Peña (en 1910).
La segunda mitad del siglo XX fue políticamente agitada para la República, pero la ceremonia de transmisión de mando se mantuvo casi intacta, incluso cuando un dictador como Reynaldo Bignone tuvo que entregar el poder a un presidente electo constitucionalmente, como lo fue Raúl Alfonsín, en 1983. Para entonces, la Casa Rosada disponía de un gran aparato de funcionarios de ceremonial y protocolo que velaban por seguir las buenas tradiciones impuestas durante la presidencia, también de facto, de Juan Carlos Onganía, un gran amante de la pompa militar y del cumplimiento del protocolo a rajatabla.
¿Dónde debe prestar juramento Mauricio Macri? Según la Constitucional Nacional, en su artículo 93, el nuevo jefe de Estado toma posesión de su cargo en el momento de jurar, ante la Asamblea Legislativa, “desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidente de la Nación y observar y hacer observar fielmente la Constitución de la Nación Argentina". La Constitución no estipula un lugar físico para llevar a cabo la jura: se realiza donde sea que estén reunidas las dos Cámaras del Congreso Nacional.
¿En qué momento CFK dejará de ser la Presidenta? Como la República sólo puede tener un Presidente a la vez, la actual mandataria dejará de ser la jefe de Estado instantáneamente, en el momento en que Macri preste su juramento, ni antes ni después, sin que sea necesaria otra ceremonia legal para la sucesión. La ceremonia de jura de Néstor Kirchner, en 2003, fue la primera en la que el presidente saliente se presentó después del juramento para entregar los atributos del poder a su sucesor y no fue necesaria la ceremonia en la Casa Rosada, hasta entonces tradicional.
¿Cómo eran antes las ceremonias de traspaso de mando? Más allá del requerimiento constitucional de la jura, no hay más que costumbres, usos condicionados por la situación política de cada momento histórico y caprichos personales de cada mandatario. Según el “Reglamento de Ceremonial de la Presidencia”, publicado en los años 60, la ceremonia de traspaso de mando (es decir, la entrega de la banda y del bastón) tiene lugar en el Salón Blanco de la Casa Rosada, como se realizó hasta la llegada al poder de Fernando De La Rúa, en 1999.
El 10 de diciembre de 1983, el radical Raúl Alfonsín prestó juramento ante el Congreso y, posteriormente, viajó a la Casa Rosada donde Bignone, ya ex jefe de Estado, le entregó la banda y el bastón. Lo mismo sucedió en 1989, cuando el ya juramentado presidente Carlos Menem recibió de Alfonsín ("presidente saliente", según el acta firmada) los atributos de la presidencia.
Según el viejo protocolo establecido por la Casa Rosada “el señor Presidente saliente entregará al señor Presidente, frente a la mesa colocada sobre el estrado, las insignias presidenciales que estarán sobre la misma. El Presidente saliente se despedirá del señor Presidente electo y se retirará del Salón Blanco conjuntamente con sus ex Ministros, siendo acompañado hasta el pórtico de la Casa de Gobierno por el Jefe de la Casa Militar (entrante)”.
En 1995 el reelecto Carlos Menem se presentó ante el Congreso para jurar y no hubo ceremonia de entrega de bastón y banda porque ya los tenía en su poder. Los sucesivos mandatarios recibieron los atributos del cargo en el mismo Congreso Nacional después de haber prestado juramento, costumbre que se inició en 2003 con Eduardo Duhalde, elegido por la Asamblea Legislativa.
¿Cómo será la ceremonia del 10 de diciembre? “El nuevo presidente Mauricio Macri cree que la asunción se tiene que hacer en la Casa Rosada”, dijo el diputado electo por Cambiemos, Emilio Monzó. “El traspaso se hace en la Casa Rosada, la jura en la Asamblea Legislativa en esta casa [el Congreso], eso tiene que ver con usos y costumbres”, argumentó. Luego, la Secretaría General de la Nación emitió un comunicado en el que afirmaba que “tal como establece la Constitución Nacional, la ceremonia de traspaso del mando presidencial se realizará ante la Asamblea legislativa en el Congreso de la Nación”. La Secretaría defiende que la ceremonia del traspaso sea en el mismo lugar que el de la jura apelando al artículo 93. Ambas opiniones tienen buenos argumentos y es una materia pendiente para el próximo gobierno: establecer un protocolo de sucesión, como lo tienen los países vecinos, para dar seriedad al asunto y, dentro 4 años, evitar los papelones.