El macrismo se ilusiona con anotarse un golcito indirecto: que Buenos Aires sea el escenario de una suerte de tregua entre dos potencias mundiales, Estados Unidos y China. La reunión del G20 podría ser la excusa para que los presidentes Donald Trump y Xi Jinping mantengan un mano a mano pacifista, en medio de la guerra comercial que mantienen ambos países.
Cerca de Mauricio Macri a su vez dan por segura una cena en privado entre Trump y el presidente argentino, viejos conocidos desde su etapa de empresarios, que se concretaría el jueves 29, un día antes del inicio formal de la cumbre mundial.
Una reciente conversación telefónica entre el presidente de Estados Unidos y el de China entibió el clima de tensión entre ambos. La charla ocurrió el pasado jueves. Fue el primer diálogo directo entre ambos desde hace seis meses. El propio Trump calificó la charla como “larga y muy buena” y elogió las negociaciones vía Twitter.
También el Ministerio de Exteriores chino indicó en Pekín que la llamada fue “extremadamente positiva”, y que Xi Jinping está “muy feliz” de haber vuelto a las conversaciones. Los dos presidentes estuvieron de acuerdo en resolver el conflicto a través de “amplias consultas” y en reforzar el intercambio económico, según dijo el vocero de la cancillería china, Lu Kang.
“En menos de treinta días vamos a ser los anfitriones del evento más importante de la política internacional”, se jactó un funcionario de Cancillería, muy activo por estos días. Y se entusiasmó: “Trump y Mauricio van a estar cenando a solas. Es posible una reunión entre Trump y Jinping. Quizás haya un avance entre países del Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Si a eso le sumamos que todos la pasen bien y tengan una buena estadía, sería un gran éxito para la Argentina”.
El Gobierno también pretende que el Presidente tenga una amplia agenda de reuniones bilaterales, con la mira puesta en algunas figuras como la canciller alemana Angela Merkel y los presidentes de Rusia, Vladimir Putin; Francia, Emmanuel Macron; Italia, Giuseppe Conte; Singapur, Lee Hsien Loong; Corea, Moon Jae-In y Japón, Shinzo Abe, con quienes ya se encuentran avanzadas las conversaciones para concretar encuentros. La expectativa también estará puesta en la llegada de la primera ministra británica Theresa May y se apuesta a concretar un encuentro a solas que tendría entre las prioridades el diálogo sobre la soberanía de las islas Malvinas.
La mirada regional tendrá como eje la llegada del saliente presidente de Brasil, Michel Temer, y la incógnita sobre si vendrá con su sucesor, Jair Bolsonaro.
Sobre el documento que podría acordarse como resultado de la cita del 30 de noviembre y 1º de diciembre, el macrismo no se hace demasiadas ilusiones. Un asesor presidencial, sin embargo, fantasea con el que G20 funcione como un punto de inflexión. “Apuntamos a que la dirigencia mundial de primer nivel conozca nuestra capacidad de organización y nuestro maravilloso país. Y al mismo tiempo demostrar que el mundo nos apoya y nos acepte como jugador internacional, abriendo los mercados de exportación”, aseguran desde la Casa Rosada.