POLITICA
a una semana de los comicios

Inflación y dólar, los datos que complican al Gobierno en el final de la campaña

La divisa estadounidense rozó los $ 200 y la brecha, el 100%. El jueves se conocerá cuánto aumentaron los precios en octubre. La economía vuelve a complicar al oficialismo.

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CGT. El presidente Alberto Fernández participó ayer del acto de UPCN en Costa Salguero, donde inauguraron el hospital Anchorena Itoiz de Avellaneda. | presidencia

Tras la derrota en las PASO, el diagnóstico del Gobierno fue que perdió por la economía. Así lo expresó Cristina Fernández en una carta en la que habló de atraso salarial y descontrol de precios, y criticó que en medio de una delicada situación social el déficit ejecutado a agosto fuera solo 2,1% del PBI.

Pese a enfocarse en la economía, el Gobierno recibe dos malas noticias en esa área en la recta final de la campaña. El dato de la inflación de octubre se conocerá tres días antes de los comicios y, según consultoras privadas, rondará entre 3,2% y 3,6%. En tanto, crece la tensión en el frente cambiario, con el blue y las divisas financieras libres en valores récord por mayor cobertura ante la incertidumbre electoral y expectativas devaluatorias poselecciones. 

La estrategia para moderar la inflación no fue exitosa y la brecha cambiaria araña el 100% porque el dólar blue tocó esta semana la barrera psicológica de los $ 200, un valor que el Gobierno quería evitar y que los economistas alertan que puede impactar en algunos precios. 

Ese combo y la falta de avances en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)  impulsaron el riesgo país al nivel más alto desde el canje de deuda en septiembre de 2020.

¿Por qué se llegó a esta situación? Los economistas plantean que hubo “un error de diagnóstico”, que las medidas adoptadas pos-PASO como el congelamiento de precios, la mayor emisión monetaria para financiar el Plan Platita en los bolsillos, y el endurecimiento del cepo “deterioraron” las expectativas inflacionarias y de devaluación. Y a eso se sumó la interna desatada en la coalición gobernante por la derrota, que causa más dudas sobre el rumbo luego del 14 de noviembre.

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Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL, dijo a PERFIL que “el diagnóstico fue errado: creyeron que no había suficiente déficit y por ello aumentaron el gasto financiado con emisión, eso te acelera la inflación y salta la brecha”.

De igual visión, Soledad Pérez Duhalde, de Abeceb, evaluó que “el diagnóstico está mal hecho y la economía no se arregla en dos meses”. “Llegan mal a las elecciones porque el combo de medidas e internas políticas  pos-PASO generó mayor incertidumbre. Lo único que accionaron fue el control de precios, que desancla más las expectativas”, juzgó.

Al respecto, dijo que “planchar  tarifas y congelar precios puede servir un poco para mitigar inflación en el corto plazo pero hace descontar futuras correcciones”. 

Según las estimaciones de Abeceb, en 2022 la inflación  tiene un piso del 50% por el nivel de emisión que se requerirá para financiar un déficit del 3%, pero en un escenario negativo (salto devaluatorio) podría terminar en el 61% 

Pérez Duhalde cuestionó que “en lo económico no hay ancla fiscal, ni monetaria, ni cambiaria efectiva”, pero remarcó que “la ‘madre’ de todas las anclas que faltan es la política: con un Gobierno debilitado y tensiones en la coalición gobernante, no hay precisiones sobre el rumbo de la política económica, el acuerdo con el FMI está en veremos y no se avizora un plan de estabilización”. La economista aseguró que esa incertidumbre es lo que se refleja en los dólares libres y el riesgo país.

Sebastián Menescaldi, de Eco Go, concordó con que “hay un deterioro de las expectativas de devaluación hacia adelante y es lo que está impactando negativamente tanto en el tipo de cambio como en la inflación. Uno aumenta el precio preventivamente porque no sabés qué va a pasar después de la elección”. Y precisó que “la asistencia monetaria del BCRA al Tesoro (en octubre fue de $ 357.700 millones, récord en el año) juega en contra de esas expectativas”. 

Aldo Abram, de la Fundación Libertad y Progreso, también afirmó que “la mayor emisión hace que se deprecie cada vez más el valor del peso” y con “el exceso de plata en el bolsillo, el comerciante, el industrial, por la incertidumbre que hay hacia adelante, la vuelca al mercado cambiario”. En ese marco, proyectó un dólar blue en $ 220 a fin de año.

Para Andrés Borenstein, de EconViews, el Gobierno “enfoca la inflación de una manera que todos saben que no funciona”. “Entre la emisión y las expectativas de inflación y devaluación implícitas en el blue y el CCL no hay ancla por más que el congelamiento aporte algunas décimas”, razonó.

Según su visión, “llegamos a esto porque el Gobierno no da un discurso consistente, un día dice a los empresarios ‘vamos a acordar con el FMI’, y otro día ‘no nos vamos a poner de rodillas’”. “Si tras las elecciones, el Gobierno unifica un discurso de llegar a un acuerdo rápido con el FMI, los dólares alternativos pueden bajar”, opinó. 

Menescaldi coincidió que para dar certeza es importante encarar el acuerdo con el FMI lo antes posible”. El economista Iván Carriño atribuyó la suba de los dólares libres a “la actitud que tomó el gobierno pos-PASO, con una radicalización del discurso, en línea con la visión camporista de la economía de que hay que controlar precios, no hay que pagarle al FMI, eso genera más incertidumbre, y los inversores se refugian en el billete verde”.

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En cuanto a si el Plan Platita sumará más votos al oficialismo el 14 de noviembre, Menescaldi lo relativizó: “Implica 0,3% del PBI. Hubo una mejora de ingresos en niveles muy bajos, no se sintió en el bolsillo, no se reflejó en más consumo, estimo que se usó para cancelar deudas o para un pequeño ahorro”. 

Impacto en precios. A contramano de los dichos de la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, los economistas advierten que un dólar blue a $ 200 y una brecha cambiaria que roza el 100% pueden trasladarse a precios. Abram explicó que “es cierto que no repercutirá en los precios de los productos comercializables por el tipo de cambio mayorista, pero hay un montón de bienes que dependen del mercado paralelo porque no les vende al tipo dólar oficial”.

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Federico Moll, de Ecolatina, indicó que “la brecha de 100% afecta las transacciones de las empresas que no logran acceder al dólar oficial y también las expectativas de los oferentes que tienen que decidir precios, de los exportadores” que demoran “vender y esperan un salto cambiario y de los importadores que por lo mismo buscan importar todo lo posible”.

 

 

Para Lousteau, “el dólar no tiene techo”

R.A.

En medio de la tensión cambiaria, el senador nacional por la Unión Cívica Radical, Martín Lousteau, alertó ayer que “el dólar en la Argentina no tiene un techo, tiene un toldo”.

El ex ministro de Economía durante la gestión de Cristina Kirchner atribuyó la escalada del dólar blue a la “incertidumbre” de la población. En ese sentido, el senador sostuvo que “hay una parte del valor de la divisa que tiene un margen, un techo” pero “hay otra parte que depende psicológicamente de lo que los argentinos esperan a futuro”.

“Si yo digo hoy te vendo un dólar a mil pesos me van a decir que no; pero si en determinado tiempo el país no acomodó sus inconsistencias, el Gobierno se siguió peleando y reacciona mal a lo que le dice la gente en las urnas, entonces uno empieza a pensar a futuro”, alegó Lousteau.

Además, el legislador afirmó que el dólar “ha sido la garrocha que utiliza aquel que puede aspirar a saltar un problema para ver cómo sobrevive”.

“Ya sabemos que lo que llamamos crisis de balanza de pagos, que básicamente es cuando se acaban los dólares, genera devaluación, que es la principal causa de la desigualdad y la pobreza en la Argentina, porque golpea a los que no se pueden proteger”, agregó.