- Tenemos que acompañar a Milei, enfrente está el kirchnerismo. No podemos ser funcionales a Massa.
- No estoy de acuerdo, no podemos quedar pegados a él con las cosas que nos dijo. Tenemos que dar libertad de acción. Tenemos que ser coherentes.
- Pero tenemos que mantener nuestros valores republicanos y Massa es lo peor, el kirchnerismo. Siempre denunciamos la corrupción.
- Nosotros siempre trabajamos por la unidad de Juntos por el Cambio y con esto nos vamos a romper. No es el camino…
El diálogo a media mañana el departamento de Patricia Bullrich aún resuena en esas paredes. Fue un hervidero. La anfitriona y Mauricio Macri convocaron a Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Jorge Macri, Néstor Grindetti y Federico Pinedo para discutir si el PRO debía apoyar a Milei o no. La discusión fue tomando temperatura. El expresidente y la exministra de Seguridad ya habían adelantado que apoyarían al libertario.
Larreta y Vidal apuntaron que no era conveniente acompañar a La Libertad Avanza, al igual que Elisa Carrió y la CC, e incluso la UCR más los intendentes y gobernadores de JxC, en su inmensa mayoría.
El jefe de Gobierno planteó que tenía que ser “coherente”: cree que las ideas de Milei son “impracticables” y que fue víctima de furiosos ataques personales durante la campaña. Por su parte, la diputada hace cinco años que no habla con Massa y dijo que sigue creyendo que las propuestas del libertarios son “un salto al vacío”.
El departamento de Bullrich, a media cuadra del Jardín Botánico fue testigo de unas de las discusiones más duras. El PRO se había quebrado: Macri y Bullrich habían llegado con la decisión en la mano tras un encuentro que generó el ex presidente en la noche del martes.
Allí Macri convocó a Milei para que se reencuentre con Bullrich. El libertario y la presidenta del PRO no se habían visto las caras y la exministra de Seguridad seguía muy enojada, 48 horas después de la derrota, con LLA. El candidato libertario estaba reunido con un grupo de colaboradores cercanos y se levantó sin contarle a nadie a dónde iba. Ni Guillermo Francos, su eventual ministro del Interior, sabía dónde iba. No se habló explícitamente de cargos allí aunque, de todas formas, Bullrich ya adelantó que no quiere ocupar ningún cargo en un eventual Gobierno de Milei.
Pero volviendo al partido amarillo: en la media mañana de hoy Larreta y Vidal llegaron a un acuerdo ante la discusión interna. Se basó en que Bullrich hablaría en términos personales y no del PRO como partido de manera orgánica. Pinedo no abrió la boca: fue un espectador de lujo.
El electo jefe de Gobierno, Jorge Macri, y Grindetti expresaron que no darían a conocer su posición, por ahora. Es más: Grindetti les dejó un dato inquietante: “Miren que Kicillof está llamando a todos los intendentes, ya fue electo”. En otras palabras: para los caciques municipales pronunciarse a favor de Milei hoy, en caso de que gane Massa, pero sobre todo pensando en su relación con la Provincia los próximos cuatro años ya se está jugando.
Ritondo y Santilli decidieron acompañar a Macri y Bullrich. El primero viene teniendo un buen vínculo con Milei – aunque también lo tiene con Massa – pero podría ser una pieza clave para el libertario en Diputados si le toca ganar. Por su parte, el Colorado va a seguir plantando en el antikirchnerismo y, si bien tiene dudas sobre Milei, cree que hay que jugar contra Massa en esta etapa.
Tras el encuentro en su departamento, Bullrich se fue a sus oficinas en la calle Irigoyen donde se encontró con Luis Petri para encabezar la conferencia de prensa donde anunció su decisión de apoyar a LLA.
Para Morales y Lousteau, el PRO abandonó Juntos por el Cambio al apoyar a Milei
Antes de esta cumbre, a las 8 de la mañana en el Centro Cultural Recoleta, ya Larreta había expresado su malestar porque el secretario de Asuntos Públicos, Waldo Wolff ayer por la tarde noche en los estudios del canal LN+ expresó su apoyo a Milei y hasta se sentó a su lado. Son viejos amigos: además de haber sido arqueros de fútbol, jamás cortaron el diálogo personal aunque Wolff jugó a fondo para Larreta en la interna.
“No nos dejemos correr por los periodistas. Yo voy a seguir trabajando por la unidad de JxC”, le planteó a su gabinete. Claro, aún no había cruzado a Macri y Bullrich. Por su lado, ante el gabinete, Jorge Macri expresó, en el mismo sentido, que “no hay que apurarse” y que él creía que había que mantener “unido” JxC, en especial pensando en la Liga de gobernadores con diez mandatarios provinciales electos para que nadie se corte solo a negociar.
Wolff se defendió con un argumento que, por lo bajo, todos compartían: “No hay espacios de discusión en el PRO”. En ese momento tomó la palabra el único radical del gabinete larretista, José Luis Giusti, de Desarrollo Económico: “En este momento no puede cada uno salir por su cuenta, hasta diciembre somos funcionarios de Horacio”. La funcionaria Paula Uhalde también habló pero pocos escucharon que dijo.
Por su lado, los gobernadores de JxC no querían, bajo ningún punto de vista, dar un veredicto presidencial. Ya el comunicado de hoy de la UCR planteando que no apoyarían a nadie animó a Alfredo Cornejo, de Mendoza, a negarse a acompañar a nadie.
“Es ridículo, si juegan con Milei y asume Massa la van a pasar mal. O viceversa”, apunta a PERFIL una fuente que conoce de cerca a los gobernadores electos.
En ese marco, prefieren prescindir de tomar posición. Son los líderes territoriales que tendrán cuatro años por delante. Varias de sus provincias necesitan ayuda nacional para sostener sus números. Y no pocos saben que Massa puede ser muy vengativo.
Con todo, Bullrich le planteó a los presidentes de los partidos de JxC, Gerardo Morales de la UCR, Maximiliano Ferraro de la CC y Miguel Pichetto del PJ no K, que era “innecesaria” una reunión de los cuatro, que se había pensado para mañana, luego de que cada uno plantee sus posiciones a viva voz.
Las relaciones quedaron dañadas. Es más: la idea original de muchos dirigentes del frente era que el lunes o martes haya una cumbre de la mesa nacional de JxC. Quedó suspendida. Las incógnitas sobre el futuro recorren todos los espacios de JxC. Nadie sabe si habrá futuro juntos.