Javier Milei detesta y trata de estar alejado de todo aquello que esté relacionado con la rosca política. Pero esta semana entendió que debió involucrarse, convocando a diputados, ante el fracaso de sus interlocutores y para ganar tiempo ante un Mauricio Macri que insiste en coordinar acciones con el oficialismo. Todo, mientras el entorno presidencial sigue resistiendo posibles entendimientos con el líder del PRO.
Cerca del jefe de Estado le relataron a PERFIL que la decisión del economista de convocar en la Casa Rosada a integrantes de la Cámara baja más proclive al diálogo con su gobierno corrió exclusivamente por su cuenta. Y bajo la necesidad de “explicar el rumbo de la gestión”, con precisiones de números sobre el ajuste fiscal que encaró desde el 10 de diciembre pasado y dando las razones por las cuales vetará el proyecto de ley de movilidad jubilatoria que sancionó el Parlamento.
También, dejan claro que no hay críticas directas hacia los hombres que tienen la tarea de ser interlocutores con la oposición, aunque reconocen que todo lo que sucedió en las últimas semanas tuvo impacto en el jefe de Estado. Primero, con las heridas que dejaron las tres derrotas parlamentarias (la conformación de la Bicameral de Inteligencia, la negativa en Diputados al DNU que convalida gastos reservados para la SIDE y el visto bueno al proyecto de movilidad jubilatoria en la Cámara alta), hasta lo que atravesó con su tropa en el Congreso, totalmente fuera de control, una situación que terminó con las salidas de la diputada Lourdes Arrieta y el senador Francisco Paoltroni, con escándalos incluidos.
El escenario de desorden fue propicio para que Mauricio Macri vuelva a entrar en acción, con un encuentro a solas en Olivos que incluyó reclamos de entendimientos en distintos planos, como en el nivel parlamentario, y con mesas de discusión que incluyan a gobernadores e intendentes. Un panorama, y de esto es consciente el economista, que llevará tiempo y conversaciones, con un detalle para nada menor y que será difícil de sortear para Milei: su entorno sigue resistiendo a su modo acuerdos con el PRO.
Aquellos que se mueven bajo la sombra de Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia, una nómina que incluye a Martín Menem, el presidente de la Cámara de Diputados, y Gabriel Bornoroni, el jefe de bloque de Diputados, siempre rechazaron un pacto con la fuerza amarilla, porque saben que los lugares que hoy poseen en la Cámara baja corren riesgo. Mientras que Eduardo “Lule” Menem, mano derecha de Karina, nunca logró tener feeling en sus intervenciones con el sector amarillo. Y las críticas de un lado y el otro siempre estuvieron a la orden del día, con un Macri que se quejó de la conducción en la Cámara baja.
Bornorini salió con los tapones de punta y reflejó cómo atraviesa el karinismo la posibilidad de entablar un entendimiento con el PRO, con un dardo directo al macrismo. A través de X, el legislador mencionó: “Hay algunos que dicen que hay que saber conducir el Congreso. Son los mismos que no supieron conducir el Ejecutivo cuando tuvieron su oportunidad”.
Reunión LLA-PRO: trabajo conjunto, pero sin interbloque
Otros actores importantes de La Libertad Avanza se mueven en ese sentido y piden que Macri comience a tomar definiciones importantes. “Algún día va a tener que definirse, o acompaña al cambio o está del lado de la oposición extorsionadora”, lanzan desafiantes en los pasillos de Balcarce 50. A lo largo de la semana, también expresaron que el exmandatario se encargó de “operar” versiones periodísticas en torno a movimientos de la SIDE en su contra.
En este contexto, la posibilidad de que se conforme un interbloque entre LLA y el PRO es distante. Por lo menos, en el oficialismo dicen que se deben cumplir pasos previos, una manera elegante de dilatar tiempos.
¿Qué señalan? Que la oposición no avance en el freno al veto de la iniciativa de movilidad jubilatoria, que no acompañen proyectos que compliquen el déficit fiscal que persigue la administración oficialista y que exista un fuerte respaldo al presupuesto 2025. “Tuvimos tres goles en contra, así que nos deben tres victorias”, precisan del lado del jefe de Estado. Si esos puntos se respetan, del lado de Milei remarcan que se abrirían las puertas a otras charlas, sobre todo mirando el calendario electoral del año próximo.
“Lo natural es que confluyan todos aquellos que quieren el cambio y un sector de la oposición lo tiene que ver: si no acompañan lo que proponemos, si vamos divididos, van a terminar perdiendo diputados y senadores”, subraya un estrecho colaborador del jefe de Estado.
Lo cierto es que Milei debió ponerse al frente del diálogo político. “Odia a los políticos, no la política”, aclaran en su entorno para explicar este nuevo rol del jefe de Estado. Sin embargo, para esto confía en Karina Milei, encargada de avanzar con la estructura partidaria. A ella la política tampoco le gusta, pero entiende que alguien lo tiene que hacer. Ayer participó de la reunión junto al Presidente.
El camino
- El PRO le demostró al Gobierno que tiene los números para complicarlo. Rechazó el DNU de fondos para la SIDE y colaboró para la sanción de la reforma jubilatoria.
- Ahora el objetivo es coordinar proyectos en común y, sobre todo, que no afecten el objetivo del déficit cero.
- La posibilidad de avanzar hacia un interbloque quedará para más adelante.
- El pedido de Milei para que no frenen el veto a la reforma jubilatoria.