Casi por descarte, Juntos por el Cambio quedó esta semana a un paso de sumar de manera formal a su armado al diputado de Avanza la Libertad José Luis Espert, como una manera de contrarrestar al menos en parte el crecimiento de su colega liberal Javier Milei, ya encaminado a la Presidencia.
Por ahora no se sabe cuál sería el lugar a ocupar del economista, que aún tiene dos años más de mandato en la Cámara de Diputados. Para el larretismo sería ideal que compita en la PASO presidencial con la idea de restar votos al ala más dura de Patricia Bullrich, que se muestra reticente a esta alternativa.
En cambio, otros lo ven como posible candidato a gobernador bonaerense, un lugar que todavía no tiene un único dueño pero que probablemente tampoco sea el indicado para Espert. “Si no estuviera Milei en el lugar que está, sería muy poco probable que pensemos en sumarlo”, admiten desde la dirigencia más moderada, que a regañadientes acepta ampliar el espectro de Juntos por el Cambio.
En 2019, Espert ya tuvo una aventura presidencial con una performance floja que le sirvió para pasar del ámbito privado a la arena política, con menos del 2% a nivel nacional. En 2021, en cambio mejoró su actuación con un 7,5% en la boleta para diputado por la provincia de Buenos Aires, que le sirvió para entrar a la Cámara de Diputados acompañado por Carolina Píparo, quien lo abandonó para buscar nuevos horizontes con Milei.
Para defenderlo, en JxC destacan su perfil y dicen que es “más racional e institucional” que Milei. En la práctica, esto se traduce en un trabajo más activo y comprometido en el Congreso donde desde su llegada participó de muchas reuniones de comisión aún sin ser parte, a diferencia de Milei que casi no registra labor parlamentaria más allá de las sesiones.
El lunes, en tanto, lanza su libro “La Argentina deseada”, en el que despliega varios de los lineamientos que utilizará para la inminente campaña proselitista y plantea varios interrogantes sobre el rumbo económico, entre ellos dolarización sí o no. “Hoy, en la Argentina es inviable una dolarización sin hiperinflación porque no hay suficientes dólares para hacerle frente al evento”, dice Espert en la publicación.